♦ Fotografía de Flor San Germán
♦ Yolanda Peach | Leche con tuna
Lo que más se extraña al estar fuera de tu tierra es la comida. Eso es indudable. Aunque intentes replicar las recetas, no quedan igual si los ingredientes no son los mismos.
Saborear un platillo, así, como el que probabas en casa, es traer a tu corazón esos momentos familiares, con la abuelita, con los papás, regresar a la infancia.
Un grupo de maestras cocineras y cocineros tradicionales fueron los escogidos para darles un apapacho a nuestros paisanos de Los Ángeles California en Estados Unidos de Norteamérica. Un abrazo a través de la cocina.
Semanas antes, los participantes acudieron al Centro Gastronómico Oaxaca para presentar sus platillos y de ahí, se eligió a quienes viajarían para representar la cocina tradicional.
El evento, Festival Mujeres del Maíz Uniendo Fronteras, fue organizado por Movimiento Oaxaqueño Migrante, quienes fueron los anfitriones.
Se llevaron de su tierra los ingredientes para preparar ahí lo que ofrecerían. Llegaron unos días antes y los llevaron a conocer Santa Mónica.
Catalina Chávez Lucas, de Tlacolula de Matamoros, llevó el mole negro, que es el elegido para las fiestas, chichilo, un platillo emblemático de este lugar y tacos de mole coloradito.
Rogelio Chávez, de Putla Villa de Guerrero, sorprendió a los asistentes con un chileajo de carne de puerco con chicatanas.
Juana Amaya Hernández, de Zimatlán de Álvarez preparó estofado almendrado con lengua de res.
Aurora Toledo, representante del Istmo de Tehuantepec, llevó tamalitos de elote, tamalitos de cambray, molotes de plátano, minilla de pescado con totopos, y unas encaladitas tradicionales de la Mixteca.
Martina Sánchez Cruz, de San Juan Teitipac, llevó las típicas tlayudas, memelitas y chapulines.
Isidro Osorio Jiménez, de San Pedro y San Pablo Tequixtepec, preparó tetelas y torta de camarón, un producto de temporada.
Cintia Osorio Carreño de Ocotlán de Morelos, llevó las tradicionales empanadas y también participó Antonia Hernández, de Santiago Matatlán, quien radica en Los Ángeles y quien preparó segueza y amarillo de pollo.
A la fiesta se sumaron bailes tradicionales de Oaxaca, para alegrar esta fiesta de la cocina oaxaqueña.
Es de destacar, que los platillos fueron degustación; es decir, no se cobraron a los asistentes.
Al menos tres participantes se encontraron con familiares radicados en Oaxaca.
No sólo llegaron oaxaqueños que viven en Los Ángeles al evento, sino visitantes de varias nacionalidades que admiran la cultura de Oaxaca y que aprovecharon para saborear la auténtica cocina tradicional.
Al presentar los platillos, una de ellas les suplicó “No se olviden de nuestro Oaxaca”, y con seguridad, se quedará en su paladar esos sabores que han puesto en alto la cultura culinaria de nuestra entidad.
