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¡Te pasaste de sal!

Cuando estás en la cocina muchas veces sucede que le ponemos sal de la necesaria a alguna receta. Al final terminamos con un platillo casi incomible.

Sin embargo, aún es posible salvar la receta. Acá te damos algunos tips.

Pásalo bajo el agua. Siempre que se trate de verduras o carne, lo primero que debes hacer es enjuagar el ingrediente que salaste de más con agua fría. También buena opción para el arroz o pasta cocidos.

Si lo que estás cocinando es un guiso, la mejor opción es añadir una o dos papas crudas partidas en trozos y dejar que el guiso sigua cociendo. Espera a que la papa se cueza antes de retirarla. La papa absorberá el exceso de sal. Si no tienes papa puedes agregarle arroz.

Otra alternativa es diluirlo con agua para disminuir la concentración de sal. Cuanta más agregues a la olla, menos se notará porque estarás aumentando el volumen de la preparación. Si el guisado es cremoso basta con que agregues más leche.

Si el agua no es suficiente, agrega un ingrediente ácido que no modifique el sabor del platillo original, como jugo de limón, jitomate, vinagre o vino, para que la acidez compense el sabor salado.

Si quieres arreglar una vinagreta con demasiada sal la mejor opción es agregarle orégano.

Si nada de eso funciona, no queda más que preparar más, agregando un poco más de los ingredientes (sin sal, obvio) y tendrás comida para otro día.

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