En torno al vino empieza a crecer, en Oaxaca, un grupo de adeptos que preservan los rituales de esta bebida histórica.
Sus virtudes nutritivas se opacan por su maleabilidad gastronómica, el maridaje perfecto, incluso, para platillos emblemáticos de México, como el mole, tacos al pastor, de carnitas, cochinita pibil o de camarón, chiles rellenos, quesadillas, chiles rellenos e incluso pozole.
Curiosamente al pensar en la cocina oaxaqueña, llena de matices y notas distintivas, no se relaciona con el vino; sin embargo, se marida perfectamente con distintos vinos por su sutileza.
La tendencia por preferir el vino quedó de manifiesto en el Festival del Vino en Oaxaca, un evento enfocado en el consumidor, un espacio para la promoción del conocimiento del vino, sus complementos y la cultura que se genera alrededor.
Este año, la FeVo se enfocó en generar un vínculo sensorial en los asistentes, con catas sencillas y catas maridajes, en el que participaron varias bodegas, como Casa Madero, Monte Xanic, Cuatro Rayas, La Castellana, VVB, Santo Tomás y Raventós Codorníu.
El evento se realizó en Casa de Barro, donde se ofrecieron productos de diferentes procedencias, nacionales e internacionales; además de las catas de vino, un área de stands para degustación, talleres especializados, un espacio gastronómico, música de ambientación, así como presentación y venta de productos.
Los chefs de Ancestral, Ocote, Mustekala, La Cevichería, Italiannis y Mixtú fueron los encargados de crear los platillos que se degustaron en los maridajes.
En esta ocasión participaron grandes bodegas vinícolas de México y España. Se presentaron vinos argentinos, chilenos, españoles y mexicanos.
Una edición especial, con un protocolo de ingreso estrictamente controlado. Pese a que su capacidad es de 150 personas, limitaron el acceso a 45 por horario, el 30 por ciento de su capacidad para mantener la sana distancia.
Todas las actividades estuvieron sujetas a horarios para garantizar un espacio seguro, con los protocolos de ingreso para asegurar que la temperatura de los asistentes no rebase los 37 grados, uso de gel antibacterial, tapetes sanitizantes y cubre boca.
Las muestras gastronómicas para las catas de vino estuvieron sorprendentes. Un gran ambiente el que se vivió en el Festival del Vino. Un evento que cada año toma más fuerza.
