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Conserva tus frutas y verduras

Hay frutas y verduras que pueden ser refrigerados si no van a ser consumidos enseguida; sin embargo, otras se deben conservar a temperatura ambiente para evitar que el frío deteriore sus propiedades, aroma, textura o sabor. Acá te daremos algunos tips.

Lo primero, es separar frutas y verduras. Ambos tipos de alimentos tienen unas propiedades, características y maduración diferentes. Muchas frutas emiten a medida que maduran pequeñas cantidades de etileno, que provocan que las verduras pierdan la clorofila y se echen a perder.

Puede que dé flojera, pero conviene detenerse un momento a lavar bien la fruta o verdura que hemos comprado, ya que puede tener restos de tierra o cualquier otro producto que perjudique a la hora de que los alimentos se conserven correctamente. Además, cabe la posibilidad de que se contaminen unos a otros en el cajón, y entonces todos durarán menos.

Las fresas, los frutos del bosque como frambuesas, moras y arándanos, los champiñones o las hierbas aromáticas (como la albahaca o la hierbabuena) no se lavan, sino hasta el momento de ser utilizados, ya que la humedad apresura su proceso de envejecimiento y perderás la compra de estos alimentos.

Algunos productos emiten una mayor cantidad de gas y se deben almacenar solos, como las manzanas, peras, melones, ciruelas, aguacates, tomates, cebollas o la lechuga.

Hay alimentos como la papa, la cebolla o el ajo que no es necesario meter al refrigerador, además de que conservan mejor sus propiedades estando fuera. Es mejor que estén en un lugar seco y sin mucha luz.

Los tomates, pepinos y pimientos morrón se conservan a temperatura ambiente. En el refrigerador los pimientos perderán su aroma y se volverán blandos, mientras que los tomates y los pepinos se convertirán en una sustancia pegajosa y desagradable.

Es posible congelar las frutas y también las verduras, para mantenerlas en óptimas condiciones más tiempo. Lo ideal es no hacerlo para que no pierdan ninguna propiedad, pero si notamos que compramos de más, es mejor congelar.

La manera más eficiente de congelar estos alimentos es lavarlos y secarlos bien antes. Con las verduras, lo mejor es escaldarlas para meterlas al congelador: se echan unos instantes en agua hirviendo y enseguida en agua fría; tras ello, se secan bien y ya se pueden guardar.

Las únicas verduras que no conviene congelar son las que tienen un alto contenido en agua, como el apio o el pepino, ya que cristalizará y cambiará su textura.

La humedad propicia la aparición de hongos. Es mejor secar los alimentos bien antes de conservarlos.

Puedes poner unas toallas de papel en el fondo de los contenedores. Absorberán el exceso de humedad y prevendrán la putrefacción.

Cualquier fruta o verdura inmadura tampoco debe conservarse en el refrigerador. Solo después de que maduren, puedes almacenarlas ahí. De lo contrario, se pudrirán sin madurar.

Si pones una o varias manzanas junto a las papas, se mantendrán frescas durante más tiempo conservando todas sus propiedades.

Si las uvas están muy blandas, es mejor consumirlas cuanto antes. Si aún están firmes, se conservan envolviéndolas en una bolsa de plástico en el refrigerador.  Se recomienda no almacenarlas en porciones grandes, ya que bajo su propio peso se aplastarán, sino distribuirlas en bolsa separadas.

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