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Noche de exquisitez y pasión culinaria

♦ Yolanda Peach | Leche con tuna

En una noche mágica bajo la penumbra y la suave luz de las velas, el arte culinario alcanzó su cima en uno de los eventos de Paladar, una agencia de marketing gastronómico que se especializa en crear experiencias únicas alrededor de la mesa. Esta ocasión marcó el cierre de la cuarta temporada con la participación destacada de Thalía Barrios, chef de Levadura de Olla, y la presencia del aclamado chef Francisco Ruano del restaurante Alcalde en Guadalajara.

Paladar se encarga de trasladar a los mejores restaurantes a diversas ciudades para adueñarse de un espacio y brindar experiencias efímeras e inolvidables. En esta ocasión, el escenario fue el próximo lanzamiento de Thalía, La cocina de Humo, en Gonzales Ortega, que promete ser un rincón culinario de alto nivel.

La cena transcurrió bajo un cielo estrellado en un gran patio con un imponente árbol en el centro. La cocina de humo, el fuego y el comal fueron los protagonistas de la velada, creando una atmósfera de autenticidad y pasión culinaria.

El menú diseñado por Thalía Barrios y Francisco Ruano fue una sinfonía de sabores que comenzó con una tostada de pipián blanco con flor de maguey, queso de puerco y flor de cilantro, seguida de un taquito de chilacayota tierna ahumada, con frijol de hierba de conejo y queso fresco, y un tamal de mole negro con plátano macho. El maridaje de la primera fase incluyó una cerveza Modelo Negra Especial.

El segundo tiempo presentó un coco tierno con leche de tigre y erizo, maridado con un vino de Casa Madero 2B, una combinación perfecta con notas de frutas de hueso como durazno y manzana.

El tercer plato, panela con jitomate local, yema, garum de semita y pan, se maridó con un vino de Casa Madero rosado, con uvas Syrah que desplegaron notas de rosa, fresa, frambuesa y durazno.

El cuarto tiempo sorprendió a los comensales con cabeza de pescado ahumada, su tartar, y setas en escabeche de flor clitoriana, que se maridaron con un vino de Casa Madero Chardonnay, con toques tropicales de mango y piña ideales para platillos de mar.

El quinto acto presentó una birria de ternera tatemada, puré de masa agria fermentada y cebolla escabechada, que se maridó con vino Casa Madero 3V edición limitada, creando un equilibrio perfecto.

Finalmente, el postre deslumbró con pan de muerto y cempasúchil, junto con una dona gorda con cajete con tuétano ahumado y asiento de papada. Esta experiencia culinaria culminó con un maridaje excepcional de tequila Reserva de la Familia Extra Añejo.

El chef invitado, Francisco Ruano, expresó su admiración por los productos locales de Oaxaca y compartió su experiencia en el mercado local, donde descubrió ingredientes auténticos como piojito, quelites y chipilín. «La alacena de Oaxaca es un país en sí mismo, estoy muy enamorado de la cultura», dijo.

En cuanto a su colaboración con Thalía Barrios, Ruano elogió a la joven chef como «la cocinera joven más interesante del país, la más auténtica, la que tiene herencia y personalidad». Afirmó que su participación se basó en mimetizarse con los ingredientes locales y en la visión de Thalía.

Por su parte, Thalía Barrios compartió su entusiasmo por el próximo espacio de cocina de humo, donde continuará ofreciendo experiencias culinarias excepcionales a sus comensales, consolidando su legado en el mundo de la alta gastronomía.

La cena en Paladar fue un testimonio de la pasión, la innovación y la excelencia culinaria que se pueden lograr cuando dos chefs excepcionales se unen para crear una experiencia gastronómica inolvidable. Una noche de sabores inigualables que seguro perdurará en la memoria de todos los presentes.

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