Terminó la temporada de muertos y resulta que te quedó mucho pan. No sabes qué hacer con él o como rescatarlo porque se empieza a poner duro y ya está viejo.
Resulta que es un problema al que se han enfrentado desde la antigüedad y acá no se desperdicia nada, así que te pasaremos el tip de los tres tradicionales.
El clásico e imperdible pan con mantequilla y azúcar. Es sumamente delicioso y fácil de hacer. Se parte el pan en trozos, se hunta de mantequilla y se le pone azúcar encima, enseguida se pone a calentar en un tostador o incluso en el sartén hasta que esté calientito y doradito. ¡Eso es todo! A disfrutarlo.
Esta combinación la puedes utilizar no sólo con el pan de muerto, incluso si te quedó bolillo o algún otro pan que se empezó a poner viejo o duro.
Otra opción riquísima es hacer pan francés. Vas a ocupar cuatro huevos, ¾ de taza de leche, dos cucharadas de azúcar, una pizca de sal, dos cucharadas de mantequilla, aceite azúcar, canela molida y miel.
Se baten los huevos, la leche, el azúcar y la sal hasta obtener una mezcla homogénea. En un sartén se caliente el aceite y se agrega mantequilla, se pasan las rebanadas de pan por la mezcla y se doran en aceite caliente. Se sacan, se le pone miel al gusto y se espolvorean con canela molida. Se sirven calientitos.
Se dice que este postre se consume desde la Edad Media, en ese entonces el pan duro se remojaba en leche y se le añadía un poco de miel. Con el paso de los años la receta fue evolucionando y actualmente es uno de los más consumidos en el mundo. Se le puede agregar frutos rojos, plátano o con lo que quieras acompañarlo.
También podrías preparar torrejas, sólo necesitas cuatro huevos, azúcar, aceite y agua.
En un sartén se pone suficiente aceite y se calienta a medio fuego, se empapan los trozos de pan en los huevos batidos para enseguida freír, después se dejan en un papel para que absorba el aceite sobrante.
Aparte, se pone agua con la canela y una taza de azúcar. Se agregan las torrejas y se dejan hervir por 15 minutos, se apaga, se tapa, se deja reposar y ya quedó.
Este postre tradicional de México es muy común durante la Cuaresma, sin embargo, su origen es europeo.
Aunque Roma y Francia se pelean el origen de la receta, a México llegó importado de España, durante la Conquista.
Se cree que se preparaba el postre para aprovechar el pan sobrante de la Cuaresma, ya que, cómo no podían comer carne, buscaron cómo utilizarlo y no quedarse con apetito.
En la versión original se utiliza panela, e incluso, al dulce se le puede agregar una pisca de anís.
Así que ya es hora de darle un segundo aire a tu pan y disfrutarlo a plenitud. Te garantizamos que, cualquiera de las opciones que escojas son riquísimas.