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No sabrás de dónde escoger en la semana de los antojos

Los antojitos se han vuelta una categoría si de gastronomía mexicana se trata. Aunque usualmente se les conoce como una comida de la calle que se puede probar como aperitivo, o entre comidas, puede incluso, ser el platillo principal.

Oaxaca, como es natural, tiene una infinidad de antojitos. Una propia en cada región, ya que cada población le saca jugo a sus productos naturales.

La Semana de los Antojos pretende reunir, en cada edición, el mayor número de alternativas para que nadie se quede con el antojo.

Así, puedes venir con la familia, elegir una mesa y que cada miembro decida qué es lo que va a saborear.

Una de las virtudes de este encuentro, es que no por participar en esta feria, los precios se incrementan. Se da el mismo que en el lugar donde lo expenden a diario.

Como se realiza en el Centro de Convenciones, también participan cocineras de Santa Lucía del Camino, que ofrecen tacos placeros y lleva un fin social.

Encontramos desde las tlayudas de doña Flavia hasta las tostadas de salchicha ejuteca.

Barbacoa directamente de Tlacolula, con la participación de una cocinera tradicional, doña Juanita, que trajo la Barbacoa Jennifer. ¡Una delicia! La preparan con horno de leña bajo la tierra.

Tortas gigantes. Molotes, quesadillas y tacos dorados. Una opción que es infaltable en cualquier feria de los Valles Centrales de Oaxaca.

Y por supuesto. Una parte del pasillo de humo que ha hecho famoso el mercado 20 de Noviembre. Escoges la carne, fresquecita, tasajo, cecina, chorizo o tripas. Ahí mismo te la asan y se acompaña con cebollitas, chile verde, guacamole, nopalitos, pico de gallo, salsas y tortillas.

Garnachas, por supuesto, de la región del Istmo, al igual que su pollo garnachero.

Pan de cazuela y el tradicional de Tlacolula.

Elotes y esquites, así como tamalitos de esta planta icónica de México.

Lo que no puede faltar. Nieves artesanales y de varios sabores, desde el tradicional de leche quemada con tuna, hasta los más exóticos.

Aguas frescas y téjate, la bebida prehispánica que hizo famosa San Andrés Huayápam.

Dulces regionales, de distintas poblaciones.

Cocadas, dulces de leche y duraznos caramelizados.

Chocolates rellenos, utilizando mezclas audaces, como mezcal, mole, chapulín y otras delicias.

Realmente una infinidad de opciones. Estarán otros días. Una opción para visitar en estas fiestas de julio, en donde la gastronomía, es una muestra cultural de nuestro estado.

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