Música, mezcal y tetelas, la elección para celebrar que Baltazar cumplió años.
El restaurante ubicado en Jesús Carranza 113, en el Centro Histórico de Oaxaca, se lució con un programa gastromusical.
En la cocina: Olga Cabrera, del restaurante Tierra del Sol, Aurora y Germán Toledo, del restaurante Zandunga, y Alejandro Ruiz, de Casa Oaxaca.
A cargo de los tragos, Trucho y Daniel Hernández, de Mezcal Convite, Diego Marquez, de El Destilado y La Hormiga Negra, de Puebla.
En la música Kunt Vargas, DJ Sonido San Francisco, Costa Mía Orquesta y DJ Chelo.
Nosotros probamos, de Aurora Toledo, una tetela con cochito horneado, preparadas con maíz azul, costillas de puerco horneados en adobo de chiles, quesito seco y su pico de gallo para acompañar.
De Olga Cabrera, una tetela con chileajo amarillo y verdolagas.
En el menú estaba la opción de la tetela con estoado de bodas, de plátano con mole mixteco, con mole de laurel y suadero, así como otra rellena de masa de maíz amarillo con quelites.
La tetela que es común encontrarlo en la región mixteca, donde encuentras este antojito en el mercado, en puestos callejeros, en las casas y que ahora lo retoman los grandes restaurantes del mundo como platillo gourmet.
La muestra la dio Baltazar. Los cubiertos le daban otra categoría a este antojito que, en Huajuapan, por ejemplo, lo comen con la mano. El ejemplo de cómo, la gastronomía oaxaqueña poco a poco penetra en las propuestas de la alta cocina.
En cuanto a bebidas, de Diego y Antonio de El Destilado, tomamos el Deep Purple: vodka neutro avocado con zarzamora y moras, infusión de lavanda con zarzamora, jarabe de moras azules y juego de limón. ¡Sencillamente exquisito!
Y de Gerardo Vargas, de Baltazar, saboreamos el Tejate, lo preparó con mezcal esencial, Rosita de Cacao, Cacahuate, Masa de Maíz negro y clarificado de leche. Una bebida ancestral llevada a otra dimensión con la bebida de los dioses ¡Fascinante!
El ambiente, hasta donde estuvimos, bastante soberbio. Música, felicitaciones, fotografías y charlas amenas.
Baltazar promete. Va por su tercer año cargado de la sabiduría de la cocina tradicional y el ímpetu de la juventud transformadora.