Sin duda, el chocolate es el alimento que tiene la relación más estrecha con la historia, la tradición y la cultura de México.
Tejate, pozol, champurrado, bupu, taxcalate, popo o tanchuca, son 30 las bebidas prehispánicas con cacao, testimonio vivo de este legado ancestral.
Y si el chocolate, y, por ende, el cacao, es uno de los mejores regalos que aportó México al mundo, por qué los mejores chocolates internacionales son europeos, si Europa no produce cacao.
Así inicia el recorrer de Alejandro Campos Beltrán, que, con chocolates Wolter, ha ganado, en la actualidad, 56 premios internacionales en las competencias de chocolatería fina más grande del mundo: International Chocolate Awards y la Academy of Chocolate. Convirtiéndose en la fábrica de chocolates mexicana más premiada a nivel mundial.
El empresario chocolatero contó, durante una plática en el marco del Quinto Encuentro de Cocineras Tradicionales, el camino que tuvo que seguir para hacer en México el mejor chocolate del mundo.
Al hacer un poco de historia, rememoró que Chocolates Wolter fue fundado en 1858 por un migrante alemán, el doctor Otto Wolter, en la hacienda La Luz, en Comalcalco Tabasco.
Con 26 hectáreas de cacaotales, se dedicaban a la elaboración de chocolate en polvo y de metate, con total respeto al medio ambiente, y, sobre todo, a los productores de cacao, “procuramos la riqueza en todos los eslabones, desde los productores hasta el chef”.
Es aquí donde recuerda que el chocolate, en México, nace como una bebida, no como una golosina, y que incluso era considerada moneda por los aztecas.
La empresa, ahora liderada también por su esposa, es la quinta generación de cacaoteros y la tercera de chocolateros.
Saber que Suiza, Italia, Bélgica, Alemani y Francia tienen la fama de producir los mejores chocolates del mundo, sin sembrar cacao, cuando Tabasco ofrece el 70 por ciento de la producción mundial, lo llevó a producir y competir por un puesto.
“No voy a lastimar mi paladar probando tu chocolate”, fue la sentencia de uno de los jueces franceses cuando vio su producto.
A partir de ahí, comienza a especializarse en España, Alemania, Nueva York, Francia, Inglaterra, compra maquinaria chocolatera especializada, asiste a cursos en la escuela de chocolatería y de catas.
En 2016 participan por primera vez en el Internacional Chocolate Awards y obtienen una medalla de bronce, de ahí, hasta el 2021, suman 56 premios.
Cuenta que al inicio hicieron mezclas, algunas locas, otras horribles, pero una que ganó la medalla de oro en el International Chocolat Award, está elaborada con 70 por ciento de cacao criollo, chicatana y cardamomo, “una mezcla que no podrán replicar en ningún otro país”.
Cumplió su sueño: reposicionar el cacao y el chocolate mexicano en México y en el mundo, por ahora continúa con la labor de promover los valores mexicanos y su autenticidad.