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Arranque Explosivo del Festival Entremares en Ramón Camarón

Yolanda Peach | Leche con tuna

La primera fecha del Festival Entremares cautivó a los amantes de la buena comida con un espectáculo gastronómico sin igual. Bajo el resplandor del sol oaxaqueño, Ramón Camarón se convirtió en el escenario de una experiencia culinaria que fusionó la riqueza del mar con la creatividad gastronómica.

Desde el primer bocado, los comensales iniciaron un viaje sensorial, con sabores y texturas cuidadosamente elaborados por manos expertas. Los aromas tentadores de mariscos frescos se mezclaban con las notas ahumadas de la cocina oaxaqueña.

Una vez que Ramón Camarón abrió sus puertas, cada uno de los chefs tomaron el escenario con sus creaciones innovadoras.

El chef Éver deslumbró a los comensales con su ingenio culinario. Presentó un pan pita relleno de camarón lanchero gratinado, cuidadosamente ensamblado con una ensalada fresca de hortalizas y cítricos, y acompañado de un shot reconfortante de consomé de la casa. Ofreció un postre celestial: cheesecake con esferificación de maracuyá, una deliciosa combinación de dulzura y acidez.

Los chefs Alejandro Ruiz y Fermín Hernández, del Oaxacacalifornia, cautivaron con combinaciones audaces. Su tostada de tartar salvaje, una obra de texturas y contrastes, con un cremoso de chile tusta, ajonjolí y mostaza dijón. Un taco de atún a la talla negro sellado, acompañado de recado negro, col morada y salsa de anguila, fue un tributo a la riqueza culinaria de Oaxaca y California, fusionando lo mejor de ambos mundos.

El chef Irving Zúñiga, al mando de La Cevichería, demostró su dominio del arte culinario y su profundo respeto por los ingredientes locales. Presentó un ceviche dorado en cenizas de habanero y chicharrón de cerdo, así como un esquite de ostiones, acompañado de mayonesa de chintextle, queso bola e istmeño, que elevó el concepto de la cocina de mar a nuevas alturas.

El chef José Sosa, al frente de Mustekala, demostró su habilidad para fusionar técnicas culinarias internacionales con ingredientes locales e impresionó con su enfoque innovador. Una bocata de calamares con paté de almeja y alioli, combinando sabores y texturas de una manera sorprendente. Además, una empanadita argentina rellena de crema mousseline y mango fue el postre perfecto para culminar la experiencia gastronómica.

El chef René Saynés, al frente de Sirilo, presentó una propuesta gastronómica que honra la tradición y excelencia culinaria. Sus ostiones con tuétano en la que combinó la frescura del mar con la cremosidad del tuétano. Además, sus medias tortas con chileajo de camarón llevaban el alma de los sabores tradicionales de Oaxaca.

El chef César Macayo, de Casa Macayo’s, impresionó a los presentes con su enfoque moderno. Un taquito de pescado a la talla, con una costra de queso de prensa tradicional, fue un ejemplo de su habilidad para combinar técnicas contemporáneas con sabores tradicionales. Además, su tostada de chicharrón prensado de jaiba, con polvos mágicos, deleitó a los comensales.

El chef Miguel Mijangos, del restaurante El Triángulo, llevó su sello. La tostada triángulo con pescado, kiwi y piña, una celebración de la frescura del mar, con una presentación impecable. El taco gobernador de camarón con un toque moderno.

El invitado del evento, el chef Gaudencio Ruiz, del Chef Zapoteco, conocido por su maestría que ha logrado reconocimientos internacionales, atrapó con su propuesta. Presentó un sashimi de salmón delicadamente cortado sobre una cama de ensalada de fideos de chilacayota, realzada con una mezcla audaz de alga marina y encurtido de pepinos. Impresionó también con su tartare de atún picosito, servido sobre una crujiente tostada con ajonjolí y una inesperada reducción de café oaxaqueño y miel de maguey cocido.

Los patrocinadores del evento, con sus bebidas artesanales y refrescantes, añadieron un toque adicional de alegría al festival. La música en vivo, con su ritmo contagioso, creó el ambiente perfecto para una tarde de celebración y camaradería entre los amantes de la buena comida y la cultura oaxaqueña.

Esta primera fecha, fue un tributo a la diversidad culinaria de Oaxaca y una celebración de la conexión del estado con el mar. Sin duda, el Festival Entremares en Ramón Camarón será recordado como un banquete extraordinario que marcó el inicio de una celebración gastronómica sin igual.

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