♦ Yolanda Peach | Leche con Tuna
En tierras oaxaqueñas se conserva un tesoro culinario ancestral: la sopa de guías. En una visita a Marcelina Lorenza Taboada Vásquez, cocinera tradicional y guardiana de saberes milenarios en San Lorenzo Cacaotepec, Oaxaca, nos sumergimos en la magia de este platillo icónico.
La sopa de guías es, además de un manjar para el paladar, un ritual de gratitud hacia la madre tierra por sus generosos frutos. El elote, la calabaza, el tallo, los chepiles, y la flor de calabaza, todos recién cosechados de la milpa, se convierten en los protagonistas de este banquete de la naturaleza.
Marcelina comparte con pasión la importancia de este tributo culinario: «La sopa de guías es muy emblemática en Oaxaca. Es como rendir homenaje a la madre tierra por todo lo que nos brinda en la cosecha». Su voz resuena con el eco de generaciones que han preservado esta tradición con amor y respeto.
La preparación de la sopa de guías es todo un arte en sí misma. La combinación de ingredientes cosechados de la milpa, como el elote, la guía, la calabacita y el chepil, crea una sinfonía de sabores que encanta los sentidos. Además, Marcelina comparte que un punto que le da más sabor son los chochoyones: pequeñas bolitas de masa con manteca y sal, que se sumergen en el caldo para enriquecer aún más su sabor.
En San Lorenzo Cacaotepec, Marcelina abre las puertas de su hogar para compartir estas recetas ancestrales con quienes deseen sumergirse en la tradición oaxaqueña. La sopa de guías se convierte así en un puente entre el pasado y el presente, un recordatorio de la conexión profunda entre la tierra y sus hijos.
Desde tiempos inmemoriales, la sopa de guías ha sido parte de identidad y gratitud en la cultura oaxaqueña. En cada cucharada, se saborean los frutos de la tierra y se celebra la generosidad de la naturaleza. Es un banquete para el alma, un tributo a las raíces que nos sostienen y alimentan.
En la mesa de Marcelina, la sopa de guías trasciende lo meramente culinario; es un legado vivo que sigue nutriendo el espíritu y honrando la esencia misma de Oaxaca. Sus aromas, sabores y colores nos invitan a reconectar con la tierra y a celebrar la belleza de la tradición.
Con cada cucharada, la sopa de guías nos recuerda que la verdadera riqueza reside en el vínculo armonioso entre la humanidad y la naturaleza, una lección que perdura a través de los siglos en el corazón de Oaxaca.
