♦ Yolanda Peach | Leche con tuna
La piña rellena de mariscos, una deliciosa y exquisita fusión tropical que ha conquistado los paladares en México, Centroamérica y el Caribe. Esta icónica receta, que combina la dulzura natural de la piña con la frescura intensa de los mariscos, se ha convertido en un plato favorito para quienes buscan una experiencia gastronómica única y refrescante.
El secreto de este platillo radica en la elección de mariscos frescos y de alta calidad, que realzan su sabor y textura. La piña, cultivada durante siglos en América, no solo aporta su dulce pulpa amarilla, sino que también se utiliza en diversas preparaciones, desde bebidas tradicionales hasta platillos como la piña rellena de marisco.
Veracruz, seguido de Oaxaca, se destaca como un importante productor de esta fruta, contribuyendo a la autenticidad regional de la receta. La piña no solo ofrece un sabor exquisito, sino también beneficios nutricionales, proporcionando minerales como potasio, magnesio, calcio, hierro y sodio, junto con vitaminas A, C y ácido fólico.
Entrevistamos a Miriam Martínez Ayuso, del restaurante Magaly en Puerto Escondido, quien nos invitó a disfrutar de su especialidad: la piña rellena de mariscos.
En este plato único, diversos mariscos como camarones, pescado, caracol, pulpo y jaiba se marinan y fríen con especias autóctonas. La piña fresca, asada y rellena con esta mezcla, se distingue por una capa de quesillo que aporta un sabor rico y tradicional de la región oaxaqueña.
La diferencia distintiva del restaurante Magaly radica en su compromiso con la frescura de los productos y el uso de hierbas regionales en la marinación, brindando una experiencia gastronómica auténtica y única.
Invitan a los amantes de la buena comida a visitar su establecimiento en Puerto Escondido ubicado en 9 Norte sin número, entre Avenida Oaxaca y Tercera Poniente y descubrir el placer de la Piña Rellena de Mariscos, un deleite para los sentidos que no dejará indiferente a ningún comensal. ¡Una experiencia culinaria que trasciende los límites del paladar!
