♦ Yolanda Peach | Leche con tuna
Una vez que pisaste el suelo oaxaqueño sería impensable dejar de visitar Santa María El Tule, donde se vive el milenario árbol con el diámetro de tronco más grande del mundo.
Un ahuehuete venerado en la antigüedad por la representación de la divinidad, incluso se aseguraba que, con solo tocar el tronco se encontraba la sanación.
Los antiguos realizaban una ceremonia de ofrenda a este “huehue” (anciano en náhuatl) a través de una danza llamada del Sabino. Una población con riqueza gastronómica de gran influencia prehispánica.
Uno de los lugares más emblemáticos para saborear la cocina tradicional es Reynita, ubicado en Unión número 9, a pocos metros de este emblemático árbol.
Una familia heredera de una antiquísima tradición culinaria, pero es hasta hace 30 años, que comienzan a compartir sus recetas.
Pedro Santiago Santiago, el actual encargado de este lugar, nos platica que inició su abuelita con la venta de comida afuera del atrio del templo, “tiempo después, cuando pasa la carretera, mi abuelita decide abrir su casa”, ahora, para más comodidad, se mudaron a su dirección actual, donde ya cumplieron tres años.
Una de sus características, que les ha ayudado a conservar el buen sazón, es que tienen productos del pueblo, orgánicos y de calidad, “maíz que se cosecha en la comunidad, con productores vecinos”.
Reina la cocina de comal, como empanadas de amarillo, empanadas de verde, de quesillo con flor de calabaza, con champiñones, huitlacoche, las quesadillas chapulineras con quesillo, asiento epazote y el quesillo, las de barbacoa, chile relleno o mole negro con pollo.
No pueden faltar las tlayudas de tres carnes, de champiñones, tlayuda tradicional con mole negro y quesillo, de chile chintextle con tasajo.
Te calientan el alma con sus bebidas tradicionales, como el champurrado o chocolate oaxaqueño que acompañan con pan de cazuela o conchas de yema con mantequilla.
Un platillo icónico de Oaxaca es la sopa de guías, de la que conservan la receta tradicional y acompañan con una tlayuda con asiento, queso y tasajo.
Una de las especialidades de la casa es la barbacoa de borrego, cuyos animales crían en la comunidad. Con la barbacoa te ofrecen consomé con carne, tacos de barbacoa, carne con ensalada y arroz, tlayudas de barbacoa o quesadillas de barbacoa.
Una cocina oaxaqueña no estaría completa sin los moles. Ofrecen mole negro, coloradito, verde, amarillo, estofado con lengua de res, “todos son recetas tradicionales de la abuela que han pasado de generación en generación”.
No puede faltar el mezcal. Tienen también coctelería. Una de sus bebidas típicas es una jícara que bautizaron como Jícara Reynita, con mezcal, jugo de toronja, naranja, limón y un toque de sal.
“Lo que nos hace diferentes al resto de los demás es nuestro sazón, es una cocina tradicional que se prepara todo con productos orgánicos, por lo tanto le da otro sabor a nuestros alimentos”
Dicen que los oaxaqueños somos los más exigentes cuando de cocina se trata y Reynita es de los lugares que sacan excelente calificación, lo que hace también la delicia de extraños, ya que, además de su sabor, tienen la cualidad de hacerte sentir en casa.
Poco a poco, Reynita se ha posicionado como el lugar para deleitarse después de la visita obligada a este monumental árbol que, desde la antigüedad, es considerado como dador de vida.
