♦ Yolanda Peach | Leche con tuna
Molli es justamente el tipo de sitio que se antoja cuando tienes ganas de iniciar el día algo rico. Un restaurante con desayunos de fotografía, ideas creativas y una cocina que cumple con cualquier exigencia, tan sólo si se empieza por el producto.
Ubicado en la terraza del hotel boutique Shavanna, en la calle Océano Índico, Granjas del Pescador, en Puerto Escondido, es un sitio tranquilo, con ese toque rústico que da la madera, que es la que predomina, al igual que las palmas que rodean el lugar.
Su historia es curiosa: Nace de la necesidad de los clientes del hotel, de tener un lugar cercano y rico para comer, así, que, básicamente, sólo daban servicio a los huéspedes.
Con la pandemia todo cambió. Nadie estaba para salir de casa y menos viajar a las costas oaxaqueñas. Turistas que se quedaron varados empiezan a hablar de la buena cocina del lugar y es que deciden abrirlo al público.
El hotel tiene siete años y, constantemente, remodelan y le dan mantenimiento al edificio para que conserve su belleza.
El menú se cambia cada dos años, aunque hay platillos que se conservan, como los huevos a la cazuela: huevos estrellados cocinados dentro de una cazuela con salsa de tomate asada, gratinado con quesillo y un toque de chorizo.
El chef Esaú Rendón es el creativo, al tener clientes locales, nacionales y extranjeros, elabora diversas propuestas con el toque oaxaqueño.
En los huevos benedictinos, por ejemplo, la salsa cremosa la hacen con chorizo y la sirven sobre pan con mantequilla de perejil.
Opciones varias, desde un toast de aguacate y chapulines, con requesón, pimiento tatemado y huevo estrellado o pocho o unas enmoladas veganas, rellenas de vegetales y bañados en mole negro de huitlacoche.
Un omelette de milpa, con hongos, granos de elote, requesón y salsa cremosa de chilepoblano, o una tetela rellena de frijol con barbacoa enchilada de res.
Está el tamal de frijol relleno de cecina enchilada y quesillo, envuelto en hoja santa o los chilaquiles costeños, con salsa de chile costeño, queso, crema, cebolla y camarones al ajillo. “Al principio se les hacía extraño camarones para desayunar, pero la verdad es que ha gustado bastante”.
Todos, platillos que han causado sensación, como el crome madame, con jamón, tocino frito y bañado en salsa de quesillo.
Bebidas, tienen frías, desde una mimosa con jugo de naranja y vino espumoso, hasta smothies o jugos, como el caribeño, con piña, naranja y maracuyá.
Calientes, los clásicos, el espresso cortado, machiatto, americano, capuchino latte, chocolate oaxaqueño, e infusiones.
El lado dulce lo tienen en el rojito bowl, un sorbete de frutos rojos, plátano, manzana y nibs de cacao, o los pancakes de avena, manzana verde y miel de agave.
Su pan francés no tiene comparación, un brioch horneado en casa, con frosting de mantequilla y frutos rojos. “Me han pedido la receta del pan francés, el secreto, más allá de la receta, es que el pan que usamos lo elaboramos acá en el hotel, es un brioch donde utilizamos mantequilla de calidad, las harinas, darle el reposo que necesita”
Una de las características de Molli, es que todo lo elaboran ahí, “todos los ingredientes lo más frescos y que sean locales para poder trabajar con ellos desde cero, los jarabes, mermeladas, el mismo pan que tenemos en el restaurante lo elaboramos sin utilizar levadura, utilizamos mucha masa madre para tener un pan rico y sano principalmente”.
Sin dudarlo, la calidad de los productos es otra pieza clave. Compran todo fresco, del día, a productores locales. El queso fresco viene de Jamiltepec, donde se dedican principalmente a la ganadería, de ahí también adquieren la carne, como el tasajo y cecina.
De Nopala adquieren las frutas, como la papaya, e mango y lo que está de temporada, “no congelamos nada, no usamos nada congelado, las mermeladas las procesamos nosotros, compramos huevos criollos y los vegetales de las guarniciones en un ranchito en San Juan”.
Abren de lunes a domingo, de 7:30 a 13 horas. El personal es muy amable y el ambiente es bastante discreto. Un lugar al que querrás volver
Esta experiencia sin dudarlo, hará muy rica tu estancia en Puerto Escondido.
