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Daa Gau, la magia de Oaxaca en un solo lugar

Cinco sentidos parecen no ser suficientes para apreciar todos los matices de la cocina oaxaqueña.

Si encima, se trata de un restaurante enclavado en la vorágine de la tierra del mezcal, donde se conjugan paisajes impresionantes y el aroma dulce del maguey cocido, se consiguen experiencias irrepetibles.

Nuestra visita fue en Real Matlatl, en el restaurante Daa Gau. Simbolismos que nos dan identidad a los oaxaqueños. El lugar de encuentro para saborear bocados de las maravillas de nuestro país.

Se ubica en la carretera Internacional, en el kilómetro 42 en Santiago Matatlán. Todos los días abren desde las 8 de la mañana hasta las seis de la tarde.

La magia la crea Diego Méndez, el chef ejecutivo del restaurante que se cocina en el palenque de la Casa de Don Tacho. Le da un nuevo enfoque a lo tradicional con conceptos más modernos.

Platillos que son reflejo de la cultura oaxaqueña y sus creencias, como lo que se calienta en el comal. Memelitas, empanadas de amarillo o verde con pollo, tetelas con requesón, epazote, frijoles y chicharrón prensado, quesadillas con flor de calabaza o las infaltables tlayudas, con asiento, pasta de frijol y quesillo, acompañado de chorizo, cecina, tasajo o costilla.

“Nuestra comida es tradicional, con un toque de estilo internacional, nuestros productos son oaxaqueños, les variamos un poco el color, el sabor y la vista a nuestros platillos”.

Así es que crea el guacamole con camarones, las tierritas de biuses o las alitas con chile chintextle.

La parrillada es la de rigor, con cecina, tasajo, chorizo, chicharrón, guacamole, queso, quesillo, cebollas, nopales, chiles de agua, frijoles, rábanos, lechuga y chapulines.

Lo auténtico de la cocina ancestral, con combinaciones que no se esperan, para dar un resultado asombroso. Está el chichilo con filete mignon, acompañado con puré de papa y vegetales, o el mole amarillo con costillas de cordero, que van con arroz y vegetales.

El clásico mole negro, con pollo, arroz y plátano macho, está el mole verde, con espinazo de puerco o la sopa de guías con tasajo.

Algo realmente delicioso es probar el mole coloradito, con camarones, arroz y vegetales.

Tienen dos aguachiles, camarón con salsa verde cebolla y pepino, o el negro, con chile habanero y chilhuacle.

“Les recomiendo nuestros platillos muy ricos, les recomiendo el pulpo a las brasas que está delicioso, nuestro chichilo con un filete mignon, segueza que es muy rica, unas costillas de puerco con salsa de chapulín”.

Con mezcal, está un filete de pescado, el estofado lo preparan con lengua, hay chamorro de puerco o costilla de puerco en salsa de chapulín.

“Productos locales, muy tradicionales, son proveedores de casa (…) nuestra cocina es de primera mano por esos productos oaxaqueños”.

No sólo vas a comer, te invitan a hacer un tour del mezcal, de todo el proceso, una cata, “tenemos la pista, una terraza bien bonita, los invitamos a que conozcan parte de nuestra cultura, nuestro pueblo, nuestras tradiciones”.

Diego creció de la mano de su tía, con la que aprendió los sabores ancestrales de la tierra, actualmente, su trabajo es reconocido en todo el país, se encarga de darle ese sazón exquisito que caracteriza a Real Matlatl.

Ha logrado creaciones impresionantes, como el flan de elote con chapulines y caramelo de tepache, o el cheesecake de aguacate.

Tienes que proponértelo. Está a pocos minutos de la ciudad, un encuentro con la naturaleza, con las raíces, donde todos tus sentidos están alertas para disfrutar de una experiencia irrepetible.

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