Una tradición oaxaqueña es ir los domingos a Tlacolula. Es el Día de Plaza y llegan marchantes de pueblos vecinos a vender sus productos.
Encuentras desde verduras, frutas y legumbres orgánicas, hasta artesanías, dulces, animales, ropa y un sinfín de productos, en su mayoría, el trato es directo con el productor o artesano.
En el mercado es el día clásico de las carnitas asadas, ya que, al centro del pasillo de las carnicerías, están los anafres para que la prepares ahí mismo.
También, y lo más importante, es el día ir a desayunar o comer barbacoa de chivo y borrego.
Uno de nuestros predilecto es ir con Jennifer, ahí atiende Juanita López Ramos, cocinera tradicional y heredera de una receta transmitida desde hace varias generaciones.
En la carnicería Juanita, que pertenece a la misma familia, venden carne fresca de chivo, borrego y menudencia para que la prepares cómo quieras.
En el puesto de Jennifer, desde muy temprano tiene barbacoa de chivo y de borrego, blanca y enchilada.
Su característica principal es que se prepara en el tradicional horno de piedra, lo que hace que la carne quede muy suave. Antes de meterlo al horno lo marinaron en un adobo preparado con chile guajillo y especias, envuelto en hojas de aguacate, para después sellar la cazuela con pencas de maguey de pulque.
Si bien es un platillo de fiesta, ese que se prepara para las grandes ocasiones, en Tlacolula es el típico de los domingos, y nosotros, cada vez que visitamos el lugar, no podemos dejar de pasar a disfrutar un taquito.
