Esta es una historia en la que vive el espíritu del oaxaqueño auténtico, ese que, pese a los golpes del tiempo, invasiones, adversidades y cambios tecnológicos, ha logrado sobrevivir, aprende de las experiencias y brilla.
Una de las características de sus habitantes, y eso lo confirman todos los que visitan este estado, es la hospitalidad de sus habitantes, “esta es tu casa”, una frase que ha desconcertado a más de uno.
No importa si se tiene mucho o no se tiene nada, si visitas un lugar te ofrecerán lo mejor que tengan para que te sientas realmente bienvenido, te entregan todo.
En algunos lugares tal vez sólo tengan para obsequiarte una taza de café, una tortilla, unos huevos al comal, “masea cómete un taquito”, te dirán, como una forma de decirte: “no tengo mucho, pero, aunque sea, cómete lo que tengo, que es lo mejor que hay en casa”.
Y es que, si vienes de otro lado, tal vez tu anfitrión sienta que estás acostumbrado a manjares voluptuosos y que se te haga poco lo que tiene para darte, sin embargo, lo que te obsequie, será de corazón.
Así es Masea, la nueva panadería que abrió sus puertas como parte del proyecto Tierra del Sol, el restaurante que se ubica en Reforma 411, en el Centro Histórico de la Ciudad, a unos pasos del templo de Santo Domingo.
Su intención principal es lograr que el maíz, ese grano tan simbólico y que ha alimentado por siglos a nuestro pueblo, sea la base, junto con el trigo, de productos panificables. Utilizan los diferentes tipos de maíz, como el blanco, rojo, azul.
“Masea es una idea que surge de la chef de Tierra del Sol. Se buscaba un expendio de pan y que se vendiera también en el restaurante”, nos contó el chef panadero Isaac Hernández.
“Traía conceptos muy puntuales, como una trenza, un pan en forma de tetela (…) aterrizamos el proyecto, por una parte, fue todo un reto, sobre todo panificar la harina de maíz”.
Sólo que no se han quedado en hacer pan artesanal y común, sino buscan dar lo mejor de las creaciones culinarias en este apartado.
Si bien la mayoría de sus propuestas están inspiradas en algún pan tradicional, todos tienen un sello propio.
Sus roles de canela, por ejemplo, están elaborados con masa de hojaldre, relleno con panela y canela, decorado con nuez tostada y azúcar glas.
Otro de sus grandes triunfos es la Donnatela. Tenían la espinita de sacar una dona, como esas que están tanto de moda, en grandes cadenas, sobre todo nortamericanos, así surge esta dona, pero en forma de tetela (ahora, por temporada, estaba en forma de corazón) está relleno de rosita de cacao y tiene encima nibs de cacao tostado.
Uno de los grandes éxitos de Masea es el Nido de Guayaba, un pan con harina de almendras, compota de guayaba con cardamomo, crema pastelera artesanal y almendras. Ante el éxito ya tienen dos versiones más, el de manzana con jengibre y el de arándanos con canela. “Le ponemos pasión a los sabores, que sea diferente”.
Se sigue el concepto de utilizar productos orgánicos y naturales, así que no utilizan colorantes artificiales. Artesanos de Teotitlán les pasaron algunos tips para extraer colores vegetales.
Sus postres son exquisitos. Tal vez la estrella sea el Negrito, un biscocho muy suave de chocolate, glaseado rocher de chocolate con almendra tostada cubierto de un cremoso de chocolate de molienda y nibs de cacao tostado.
“Al inicio lo describíamos como un browniey quizá por eso tuvo mucho éxito, porque sentían que era un sabor conocido, poco a poco se han interesado en probar las otras propuestas”.
Probamos la tarta de plátano, que tiene un espejo ligero de almendras, compota de plátano macho y tabasco, chocolate amargo y pistache. ¡Exquisito!
Sus galletas son a base de maíz con poleo, y si algo tienen en común sus postres y panadería, es que, aunque son dulces, no empalagan, tienen esa mezcla perfecta.
Masea la abren todos los días, de lunes a domingo, de 7 de la mañana a 9 de la noche. Tienen servicio a domicilio y puedes buscarlos en sus redes sociales para mayor información.
Definitivamente Masea tiene lo propio para decir te quiero y, en el mejor de los casos, para consentirte.
