Una de las cocinas más famosas en el mundo es la italiana, tal vez por sus espectaculares sabores, su estilo nutritivo o ser una de las más completas.
Los alimentos que la conforman se incluyen dentro de la famosa dieta mediterránea, considerada como una de las más saludables del mundo.
Café Bistrot Epicuro, es un restaurante en el Centro Histórico de Oaxaca con esta oferta culinaria.
Este restaurante nació de la pasión de dos italianos por mostrar a Oaxaca la cultura de su país natal a través de su cocina legendaria.
Una de las garantías es que los productos son de primera calidad, predomina la frescura y son exigentes en el resultado, para que conozcas una cocina completamente creativa y profunda, con mucha personalidad, platillos que consiguen que el olfato y el paladar saboreen esta magia.
“Definitivamente no nos haremos ricos ni mucho menos con Epicuro. El margen de ganancia es mínimo ya que todos los insumos son orgánicos, frescos y de calidad; preferimos entregar platillos inolvidables y que el comensal se vaya con un buen sabor de boca de lo que es Italia”.
Predomina en el local los verdes olivo y el rojo ladrillo; una vez adentro eres arropado por música instrumental y las botellas de vino que abundan en el lugar, así como cuadros icónicos, te transporten a la bella Italia.
Invitados por el propietario, disfrutamos una comida evocando sus orígenes romanos. El acto de comer es una fiesta que debe tomarse con calma.
Iniciamos con lo que llaman el L´antipastos o los entrantes, que son entremeses calientes o fríos. Los más más típicos incluyen embutidos, jamón, bruschette, verduras en vinagre o aceite, olivas y quesos. Nosotros probamos dos: las Berenjenas a la plancha con pan artesanal y una célebre especialidad italiana, el Vitello tonnato, que es una base de carne de ternera presentada en salsa de atún con alcaparras.
Il primo, el segundo tiempo, generalmente es un plato caliente como pasta, risotto o sopa, con abundantes opciones vegetarianas. Nos ofrecieron Berenjenas a la parmesana, un plato exquisito al horno de leña con mozzarella y queso parmesano, tradicional e imprescindible en Italia.
El platillo principal, Il secondo, fue Linguine al pesto, un amor; que es una pasta con salsa genovesa, con albahaca, piñones, papa y ejote.
Y para finalizar, Il dolce, que es el postre. Nos consintieron con dos: Bunet al chocolate, un sabor supremo, con chocolate amargo, almendras y licor; así como el Panna cotta, a base de crema, leche y vaina de vainilla, servido con salsa casera de fresas.
Una experiencia única, sin duda. Nos dimos nuestro tiempo para saborear cada bocado y conocer esta cultura asombrosa.
Epicuro es Italia. No se trata de comer para alimentarse sino de disfrutar la comida como un verdadero arte. Es poesía, placer y pasión.
