♦ Yolanda Peach | Leche con tuna
Un encuentro donde los adolescentes celebraron su identidad a través de los sabores y tradiciones culinarias que marcan la historia de su comunidad es la Primera Muestra Gastronómica del Cobao 33 en San Agustín Loxicha.

Alumnos de la capacitación de Industria turística se unieron para rescatar, valorar y compartir los platillos que sus abuelos cocinaban. En esta muestra se degustaron delicias ancestrales y se compartieron conocimientos sobre la historia, la lengua zapoteca y la importancia de mantener vivas las tradiciones.

“La importancia de esta feria implica cultura, gastronomía y lengua, es rescate de sus raíces, rescate de las tradiciones y de la gastronomía. Es un esfuerzo por preservar lo que nos define como comunidad”, dice Giovani Galgera Díaz, director del plantel, al subrayar trascendencia de esta iniciativa.

Antes de la degustación de platillos, se representó el baile tradicional de San Agustín Loxicha y se ofrecieron cuatro ponencias que pusieron en contexto la importancia de la gastronomía local y el valor de la lengua zapoteca.

Los ponentes invitados compartieron su conocimiento y su pasión por lo que representa ser parte de esta cultura. Como periodista especializada en gastronomía, se abordó la relevancia de preservar la cocina tradicional y el rol del periodismo en dar visibilidad a estas tradiciones culinarias. En un mundo cada vez más globalizado se habló sobre la importancia de conocer nuestras raíces y de valorarlas.

Armando González Rivas, doctor en lenguas, también hizo hincapié en el valor del zapoteco. A los jóvenes les recordó la importancia de hablar su lengua materna, un acto de preservación cultural y una ventaja en el ámbito profesional. “Hablar zapoteco abre puertas en el mundo laboral y académico. Tienen que entender que lo que está en sus manos, su lengua, tiene un poder inmenso”

Por su parte, Katharine Browbshire, doctora en lenguas, habló sobre la identidad que se forja al hablar una lengua indígena. “Tu lengua te da una identidad, te conecta con tu comunidad y te da el poder de mantener viva una tradición que es parte esencial de tu ser,” expresó, al alentar a los estudiantes a no dejar que su lengua se pierda.

El chef Víctor Felipe Ramírez, originario de Loxicha y reconocido internacionalmente por su labor en la cocina oaxaqueña, brindó una plática emotiva que tocó profundamente a los asistentes.
“La persona que no sabe de dónde viene, no sabe hacia dónde va”, les hizo repetir, “nuestra realidad es nuestra gente, nuestra cultura, nuestra comida, nuestra casa, nuestra familia, y eso es lo que debemos apreciar, nuestra lengua”.

Con estas ponencias, los estudiantes se prepararon para la parte más esperada del evento: la muestra gastronómica. Los platillos presentados son testigos de una tradición que intenta mantenerse viva en las familias de San Agustín Loxicha.

Uno de los más destacados fue la masa de frijol con hierba santa, un platillo emblemático de la región. “La masa de frijol, la salsa de engane, el plátano en dulce y el atole de masa y alambre de flor de calabaza. Lo aprendimos a hacer con nuestros papás y son platillos típicos de antes”, comenta Dalia José Juárez, una de las alumnas.

“Es muy importante esta primera muestra gastronómica, porque tenemos mucho que ofrecer, mucha gastronomía muchos platillos que normalmente no se conocen. Todo lo que hemos ofrecido, hemos mostrado, queremos que la gente conozca la importancia que tenemos a nivel estado de Oaxaca, que es parte de la alimentación básica, de nuestra dieta diaria, que empiece a conocer lo positivo y lo rico que es San Agustín Loxicha”, puntualizó el chef Víctor Felipe Ramírez, quien se mostró emocionado por la oportunidad de enseñar a las nuevas generaciones el legado gastronómico de su tierra.

Jorge Martínez Díaz, licenciado en Administración Turística y profesor encargado de la capacitación, fue clave en la realización de esta muestra gastronómica. “La iniciativa fue parte de los alumnos, quienes tenían la inquietud de rescatar y preservar los platillos regionales de la comunidad”.

Explicó que, durante el proceso de preparación, los estudiantes investigaron las tradiciones locales, consultaron a los mayores de la comunidad para aprender a elaborar los platillos cuya preparación heredaron. Utilizaron ingredientes nativos y técnicas tradicionales, el uso de platos de barro para recrear su cocina.

Entre los platillos más destacados estuvo el Shobeta, una masa preparada con frijoles, camarones y hoja de pescado, tal vez, la más representativa del lugar.

Brilló el huachepil, que es de temporada, el chileatole, la chilacayota, el amarillo de yerba santa, plátano con panela, memelas de atole, alambre de flor de calabaza con queso, tamal de támala, empanadas de cocolmeca, coquitos en dulce, salsa de chile de agua y el tepache que preparan con caña.

En el evento, al que asistieron estudiantes de secundarias y telesecundarias de la región, fue el foro para que los alumnos de las especialidades de Contabilidad y Tigs, hicieran una muestra de lo aprendido, como su departamento de finanzas, desarrollo de marketing, proyectos de robótica, emprendimientos locales, diseños de páginas web y hasta un dispensador electrónico para alimentar a las mascotas.

La Primera Muestra Gastronómica del Cobao 33 fue una declaración de orgullo y una reafirmación de la riqueza cultural de San Agustín Loxicha.
Este evento demuestra que las tradiciones, la lengua y la gastronomía son el corazón de las comunidades. Y como bien dijo el chef Víctor Felipe Ramírez: “Esta es mi bandera. Esté donde yo esté, mi bandera es Loxicha”. Una bandera que, a través de su comida, su lengua y sus tradiciones, sigue ondeando con fuerza.