♦ Yolanda Peach | Leche con tuna
La Cocina de Humo se convirtió en el escenario para una experiencia que marcó un antes y un después en la manera en que percibimos el maíz y su relevancia en nuestras tradiciones culinarias.
El evento Compartiendo la Cosecha de Maíz rindió un homenaje al grano sagrado, base de nuestra alimentación durante siglos. Los chefs Thalía Barrios y Neftalí Ramos, grandes exponentes de la gastronomía estuvieron al frente de este proyecto.
Thalía Barrios, originaria de San Mateo Yucutindo, se ha convertido en un pilar fundamental en la preservación de las costumbres culinarias ancestrales. Junto con Neftalí Ramos logró construir una propuesta gastronómica que pone en primer plano la importancia de los productores locales y la sostenibilidad.
Ambos, apasionados por la tierra que los vio nacer, integraron en su proyecto la filosofía de no forzar a la tierra, y por ello solo adquieren productos de temporada, respetando los ciclos naturales de la agricultura.
El evento, que reunió a estudiantes de gastronomía, académicos, seguidores del restaurante Levadura de Olla y amantes de la cocina, se convirtió en un espacio de reflexión, aprendizaje y, por supuesto, de celebración de la herencia gastronómica oaxaqueña.
Durante la jornada, agricultores locales, cocineras tradicionales de San Mateo Yucutindo y del Istmo compartieron su conocimiento sobre el ciclo de vida del maíz, mostrando, en vivo, cómo se desgrana, cómo se retiran las hojas para preparar tamales, y otras técnicas ancestrales que siguen vigentes en los hogares oaxaqueños.
Lo más impresionante de este evento fue la manera en que se demostró la filosofía de no desperdiciar nada. Cada parte del maíz tiene un propósito, desde los granos hasta las hojas.
Este tipo de práctica resalta la versatilidad del maíz, al tiempo de demostrar el profundo respeto que se tiene hacia la naturaleza y su abundancia. Los asistentes pudieron, además, degustar una variedad de platillos preparados con este ingrediente tan esencial.
Compartiendo la Cosecha de Maíz fue una manera de conectar con nuestra esencia, de entender de dónde vienen los productos que consumimos y de cómo cada uno de ellos tiene un impacto en nuestras vidas, tanto desde el punto de vista cultural como ambiental.
En Levadura de Olla, a lo largo del año, llevan a su personal a San Mateo Yucutindo para que se impregnen de la esencia de los procesos de cosecha, para que comprendan la importancia de trabajar con productos de temporada y, sobre todo, para que aprecien el arduo trabajo de los campesinos y cocineros tradicionales que hacen posible la magia de la cocina oaxaqueña.
Compartiendo la Cosecha de Maíz fue un evento que celebró el maíz, la identidad oaxaqueña, el compromiso con la sostenibilidad y el respeto por las tradiciones.
En un mundo cada vez más acelerado, donde muchas veces se olvida de dónde provienen los alimentos que consumimos, este evento fue una hermosa manera de recordar que la conexión con el campo, con la tierra y con nuestras raíces es la clave para preservar lo mejor de nuestra gastronomía.
La cosecha, esa que alimenta tanto el cuerpo como el alma, nos invita a reflexionar sobre el legado que debemos dejar a las futuras generaciones, para que puedan seguir compartiendo, como hoy, lo que nos hace únicos: el maíz.
