♦ Yolanda Peach | Leche con tuna
Tres amigos decidieron transformar su pasión por la gastronomía en una propuesta que deleita a quienes buscan algo diferente y de calidad. Así nació Fermento, una panadería artesanal que combina tradición, creatividad y un profundo respeto por los ingredientes locales.
Josué Domínguez y Sebastián Orozco, de 33 y 32 años, son dos de los tres emprendedores detrás de este proyecto. Ambos se conocieron en las aulas de la Universidad La Salle, donde comenzaron a soñar con lo que se convertiría en Fermento.
Josué se especializó en cocina, mientras que Sebastián encontró su pasión en la panadería. Hace dos años, junto con un tercer socio, dieron forma a Fermento, que abrió oficialmente sus puertas en enero de este año.
“Fermento es una panadería artesanal; utilizamos masa madre, productos locales, y en cada uno de nuestros panes tratamos de personalizarlos con un toque oaxaqueño”, explica Josué.
La dedicación y el tiempo son fundamentales para ellos. “Lo que nos diferencia es el proceso de fermentación: invertimos horas en cada pieza para garantizar sabores únicos y de calidad”.
Uno de sus grandes éxitos es el croffin de leche quemada con tuna, un ejemplo de su habilidad para innovar con ingredientes tradicionales. Este híbrido entre croissant y muffin sorprende con su textura crujiente y un relleno que evoca la nieve tradicional de los Valles Centrales.
Otro favorito entre los clientes son los roles de guayaba o de manzana con arándanos, cuya combinación de acidez y dulzura resulta irresistible. “Nuestra idea es darle al pan un toque oaxaqueño que nos haga únicos”, afirma Sebastián.
La mayoría de los panes que ofrecen son de autoría y elaborados con masa madre, una técnica que requiere paciencia y maestría. Entre su selección destacan las chabatas, los chocolatines y los croissants, cada uno elaborado con productos frescos y locales. Además, sus conservas y rellenos reciben un cuidado especial, con maceraciones que potencian los sabores.
“Nos gusta innovar y creemos que la clave está en trabajar con productos frescos y locales”, dice Josué. En el horizonte de Fermento también están los sándwiches preparados y ensaladas, una nueva línea que esperan introducir pronto.
Su ubicación les ha permitido mantener precios accesibles y llegar a una clientela diversa. Además, tienen otros puntos de venta en cafeterías y chocolaterías de la ciudad, y lograron crecer gracias a la recomendación de boca en boca.
Se ubican atrás del polideportivo, en la calle de Brasil 216. “No se van a arrepentir de probar nuestros pancitos”. Con horarios de lunes a sábado de 8:30 a 14: horas, Fermento es un espacio donde la tradición y la innovación se hornean juntas cada día.