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Festín marino en el cierre del Festival Entremares

♦ Yolanda Peach | Leche con tuna

El cierre del Festival Entremares en el Triángulo Mariscos alzó a la gastronomía oaxaqueña como la verdadera protagonista. Una celebración que marcó el final de esta edición al tiempo el primer aniversario del restaurante anfitrión.

Ocho chefs, cada uno con una propuesta singular, llenaron el aire con aromas marinos y una energía contagiosa que prometía un cierre espectacular.

Éver Avendaño, el maestro detrás de Ramón Camarón, deslumbró a los comensales con sus ostiones rasurados, un manjar que nadaba en leche de tigre verde con una suprema de camarón que fue un homenaje a la riqueza del océano.

René Saynés, del Sirilo, no se quedó atrás. Su balazo de almeja chocolate, fusionado con carne seca de pescado, hizo eco en el paladar, mientras que su guacamaya de chicharrón de pescado y cerdo dejó una huella indeleble.

Mustekala sorprendió con su tostada de aguachile y el pulpo a la gallega, que transportó a los asistentes a un rincón del mar. La música en el fondo acompañaba cada bocado para crear una atmósfera de celebración.

El chef invitado, Ansony Hampshire, llegó también sorprendió. Su taco de pescado al pastor cautivó por su presentación y su sabor, equilibrado y audaz, convirtiéndose en un must de la jornada.

Casa Macayos, liderado por César Macayo, ofreció un sopecito de pulpo al ajillo que era pura delicia, complementado por frijoles rojos, hoja santa y queso fresco. Su taco de camarón endiablado, con costra de quesillo y guacamole a la mexicana, un canto a la tradición oaxaqueña.

Irving Zúñiga, de La Cevichería, puso la guinda al pastel con su innovador taco de canasta de sofrito de pescado y un hot dog de camarón que, acompañado de chili y quesillo ahumado, te hacia desear pedir uno más.

No podía faltar la creatividad desbordante de Oaxacalifornia, donde Fermín Hernández elevó la cocina con sus fideos chinos de camarón y una hamburguesa crispy fish. Una mezcla de culturas que, sin duda, atrapó los corazones de los comensales.

Todo esto fue maridado con una exquisita selección de mezcal de marcas reconocidas como El Discípulo, Acrisolado, A Medios Chiles, Necio, Cordon Cerrado, Convite y Archivo Maguey, que realzaron los sabores de cada platillo. Además, los vinos de Viña Tulps y la refrescante cerveza Pacífico complementaron la experiencia culinaria, creando un ambiente perfecto para disfrutar de la gastronomía del mar.

Los postres llegaron para cerrar la noche. Ramón Camarón presentó un falso callo de hacha, chutney de frutos rojos y gel de jiotilla. Y El Triángulo Mariscos ofreció un nicuatole de huitlacoche, coulis de elote y gel de epazote que hizo brillar los sabores de Oaxaca.

Pero como toda buena historia, el Festival Entremares llegó a su final. Los asistentes se despidieron, llevándose consigo un sinfín de recuerdos y la promesa de que el próximo año la magia regresará.

Se mencionó una clausura especial que se cocinará en la Costa, un secreto que promete deleitar aún más a los paladares oaxaqueños. La incertidumbre de la fecha y la sede solo aumenta la expectativa.

Gracias a todos los organizadores y chefs que hicieron de Entremares un evento memorable. Ya estamos ansiosos por el próximo encuentro donde el mar y la cocina volverán a seducirnos.

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