En los serenos dominios de la Sierra Norte de Oaxaca, Cuajimoloyas combina la majestuosidad natural con la calidez de su comunidad. Apenas a una hora de la ciudad de Oaxaca, este rincón del estado ofrece, además de una escapada a la tranquilidad de la naturaleza, una experiencia inmersiva en la riqueza natural y cultural de México.
Este rincón pintoresco invita a los viajeros a explorar un paisaje de montañas majestuosas y bosques exuberantes, donde la hospitalidad local y el respeto por el entorno son los protagonistas.
Mario López Méndez, coordinador de Ecoturismo, explica la esencia de Cuajimoloyas con entusiasmo. «Aquí, cada piedra cuenta una historia y cada sendero revela un nuevo descubrimiento».
Destaca las opciones de hospedaje que van desde cómodas cabañas hasta acogedoras posadas. Es un lugar donde los visitantes se empapan de la autenticidad de la vida comunitaria.
Los miradores de Peña Colorada y el Cañón del Coyote ofrecen vistas panorámicas que roban el aliento, invita a los visitantes a contemplar la vastedad del paisaje montañoso que se extiende hasta donde alcanza la vista.
Iván Barrios Hernández, guía comunitario, invita a los más aventureros a descubrir la región desde nuevas alturas con la tirolesa de un kilómetro, una experiencia que combina la emoción del vuelo con la serenidad del entorno natural.
Pero es en Llano de Tarajeas donde la magia culinaria de Cuajimoloyas cobra vida. Aquí, Esperanza Méndez Pérez, maestra de la cocina local, deleita a los visitantes con platillos que son un homenaje a la tierra y sus recursos.
«Cada ingrediente es seleccionado con cuidado, desde las truchas frescas de nuestro criadero hasta los sabores ahumados de nuestras carnes asadas», explica mientras presenta una variedad de opciones.
Truchas empapeladas con finas hierbas locales, carnes asadas marinadas en especias nativas o chorizos caseros con un toque ahumado. Los comensales se deleitan con este legado culinario.
Cuajimoloyas es un viaje hacia la autenticidad y la conexión con la naturaleza. Cada encuentro con los lugareños es una lección sobre el amor por la tierra y la importancia de preservarla para las generaciones futuras.
En cada paso dado en este paraíso montañoso, se siente la pasión de una comunidad que se enorgullece de su cultura y celebra su entorno natural con cada visita.
Es un llamado a los corazones aventureros y a aquellos que buscan más que un simple viaje. Una invitación a explorar, descubrir y sentir la energía vibrante de un lugar donde la naturaleza y la cultura se entrelazan en una danza eterna.