♦ Yolanda Peach | Leche con tuna
En el pintoresco y místico entorno de Mazunte, emerge un rincón culinario que encarna una fusión única de culturas y sabores: Reina Negra. Aunque lleva solo un año en el horizonte gastronómico, su esencia y propuesta ya se han convertido en una joya indiscutible de este paraíso oaxaqueño.
Mar Zarazua, una chef formada en las calles culinarias de Toronto, junto con su esposo, se embarcaron en una travesía que los llevó desde el frío de Canadá hasta el cálido abrazo del mar de Mazunte.
Con más de tres décadas de trayectoria juntos, la pareja encontró en este rincón del mundo una energía y serenidad que les inspiró a construir algo verdaderamente especial. Tras llegar por primera vez por un breve periodo que se extendió mágicamente, la decisión de establecerse en esta tierra fue inminente.
Iniciando con una propuesta de cocina francesa, Reina Negra experimentó una transformación impulsada por la inspiración de una tía de Mar, que vivió en Japón.
Así, el restaurante evolucionó hacia un concepto asiático diverso, sin perder su esencia original. El platillo estrella, el ramen, y las exquisitas giozas, rellenas de ingredientes como hongo shitake, quinoa, betabel y tofu, son testimonio de esta metamorfosis gastronómica.
Y para maridar estos manjares, la carta de bebidas ofrece desde refrescantes aguas de temporada hasta sake japonés y bebidas con mezcal.
El horario de Reina Negra, de 5 pm a 10 pm de miércoles a domingo, refleja el cuidado y dedicación que Mar y su equipo ponen en cada detalle.
Sin embargo, su compromiso con sus clientes va más allá, ofreciendo servicio a domicilio y facilidades de pago con tarjeta y transferencia.
Aunque su ubicación escondida podría ser un desafío, es precisamente esa tranquilidad y autenticidad lo que convierte a Reina Negra en una auténtica joya de Mazunte.
Con la mirada puesta en el futuro, Mar y su equipo tienen la firme intención de continuar cultivando y expandiendo este proyecto, llevando a Reina Negra a nuevos horizontes sin perder su esencia y pasión por la gastronomía.
Porque, al final del día, Reina Negra no es solo un restaurante, sino un testimonio de amor, dedicación y respeto por la diversidad y riqueza culinaria que el mundo tiene para ofrecer.
