♦ Yolanda Peach | Leche con tuna
Cansados de no encontrar mariscos como en casa, dos jóvenes emprendedores decidieron abrir su propio lugar en la colonia Reforma. Un lugar amplio y espacioso que les recordara el sabor de hogar, así, por mera nostalgia y ganas de pasar un rato agradable nace Casa Mariscos.
Se ubica en la calle Geranios 203 en la colonia Reforma. Sólo al entrar te das cuenta que es la típica casa mexicana, con colores contrastantes, puertas y ventanas de madera, con macetas artesanales.
Una vez que entras te encuentras que el espacio es grande y acogedor, mesas de madera con caminitos de mesa artesanal. Son varios salones, ya que toda la casa está destinada al restaurante. Lámparas de las que se estilaban en las casas grandes que dan un ambiente íntimamente acogedor.
Como en antaño, la casa de los abuelos donde llegaban los tíos, los primos, los sobrinos y no sabías ni cómo, pero todos tenían un lugar en la mesa.
El concepto es familiar, un lugar en el que, con toda facilidad, podrías organizar tus reuniones.
Abren de martes a sábado de 12 a 20 horas, los domingos de 11 a 18 horas. Aceptan pagos con tarjeta y transferencia.
Una de sus ventajas es que sus proveedores les envían productos frescos y retomaron las recetas clásicas que se saborean en la costa, a orilla de mar.
Están las tostadas de ceviche, tacos de camarón estilo Baja, mojarras fritas acompañadas con frijolitos, arroz y ensalada; el mole putleco con pulpo o dorado, tiradito de atún. Están también las hamburguesas de pescado o los costalitos. Coctelería clásica, mezcal y cervezas.
Uno de sus atractivos es que armaron varios combos, como el coctelero, con un coctel chico de pulpo, camarón o mixto, más una tostada, una naranjada, limonada o cerveza por 149 pesos, si eliges un coctel mediano está en 169.
Está el coctel vuelve a la vida con dos cervezas, o el de dos cervezas con aguachile negro, verde o rojo.
Para los amigos armaron un combo con una cubeta de ocho cervezas, puede ser con una parrillada o con un molcajete mar y tierra. A la familia le cambian las cervezas por una jarra de agua.
La idea es que, una vez que entres, te olvides que estás en la ciudad y te traslades a la playa, conectándote con sus sabores caseros y costeños.
Un sitio estupendo para saborear la auténtica cocina del mar en un espacio bastante fraterno y de amistad. Un punto de reunión y encuentro para los amigos y familias donde comas delicioso.