Un orgullo oaxaqueño. La Casa del Xólotl es un referente indiscutido de la comida de antaño por sus técnicas exactas y el respeto a los ingredientes que debe llevar cada platillo.
Toma su nombre del dios náhuatl Xólotl, la estrella vespertina, de la oscuridad, el inframundo y la muerte, hermano gemelo de Quetzalcóatl, dio de la estrella de la mañana, de la luz, el cielo y la vida. Ambas deidades conjugan ambas fuerzas, una armonía de los contrarios.
Mientras Quetzalcóatl anuncia la salida del sol, Xólotl se ocupa de transportarlo en la tarde y acompañarlo en su recorrido cotidiano.
Félix Tonatiuh Huerta Sánchez es el joven que ideó este proyecto. Inició con una marca de mezcal, cuyo palenque se encuentra en Zoquitlán El Potrero.
Su hermano Julio Manuel, su mamá Columba Sánchez Cervantes y su pareja, se unieron al proyecto para abrir el restaurante que se ubica en Nicolás Bravo 29, en Tlacolula de Matamoros, dos cuadras a la derecha después del segundo semáforo de la carretera principal o a tres cuadras del centro.
Invitaron a su tío Ché, que es una institución en Tlacolula, famoso cocinar para eventos de grandes magnitudes, con recetas de la cocina tradicional de Tlacolula y barbacoa.
Platicamos con don José Cervantes Castellanos (Tío Ché), quien nos contó que, desde niño, su papá los ponía a ayudarlos a hacer barbacoa.
“Empecé a los 6 años, un trabajo a la antigüita. Mi papá era muy exigente, y, sobre todo, muy limpio, nos pegaba con una rauda si cometíamos un error, os repetía: todo debe ser limpio, cochinadas yo no quiero”.
Antes, recordó, se mataban de 20 a 35 borregos, “teníamos que sacar las vísceras y las tripas sin manchar, tenían que salir enteras, porque nada más se reventaban tantito, arruinaban el sabor”.
Además de la limpieza extrema en todo el procedimiento, le ponían todo el recaudo que debe llevar, para darle ese sabor tan delcioso.
En ese entonces, llegaban a su casa los fines de semana con una ollita, ya que su papá nunca puso restaurante o comedor. No tenían báscula, así que calculaban con el plato.
Se debía tener mucho cuidado, ya que se cocinaba, bajo la tierra, en una cazuela de barro, “lo bajábamos con mucho cuidado para que no se rompiera, mi papá ideó unos alambritos que lo abrazaban”.
Casi al mismo tiempo, le tocó ayudar a una tía que cocinaba para los camineros que construyeron la carretea, “era su ayudante, de ella aprendí a hacer el mole, coloradito, pipián, estofado, amarillo, verde y todos los platillos tradicionales”.
Su papá lo animaba a aprender de todo, “nos decía, no se les van a caer los huevos por cocinar, tienen que saber cómo se prepara”.
A los 10 años, su papá enfermó y le pidió que le avisara a una vecina que no podría cumplir el compromiso de preparar barbacoa, en respuesta, le propuso cocinar él.
“Me dijo: Bueno pues, pero como no lo hagas como debe ser vas a ver, te voy a pegar… pero todo salió bien, de ahí me quité el miedo y empecé a cocinar”.
Con el tiempo, su fama comenzó a crecer en Tlacolula. Lo contrataban para bodas, mayordomías, bautizos. Llegó a cocinar hasta para mil pesos. “Me encanta cocinar, pero como se hacía antes, no como ahora”.
No dudó en sumarse al proyecto familiar La Casa del Xólotl, donde se encarga de preparar la barbacoa con la receta auténtica, sin menoscabar ningún ingrediente y con la técnica tradicional.
Al mismo tiempo, es maestro de sus sobrinos, ya que quiere dejar como herencia estas recetas ancestrales.
Todos en la familia apoyan activamente en el restaurante. Un lugar grande, con un amplio jardín, por lo que incluso puede ser ocupado para eventos.
Cuidaron hasta el más mínimo detalle, desde la ambientación, hasta la vajilla que trajeron de San Marcos Tlapazola.
La Casa del Xólotl apenas cumplirá un mes de que abrió y ya se ha ganado la preferencia de los amantes de la barbacoa y la buena comida.
Tratándose de Tlacolula, no pueden faltar las carnes asadas y todo lo del comal, como memelitas o tortillas hechas a mano.
De tomar tienen café, chocolate de leche y agua, agua de frutas.
Una cocinera tradicional está a cargo de los fogones.
Abren sábados y domingos, de 9 de la mañana a seis de la tarde, con seguridad, a medida que crezca el proyecto, ampliarán su horario.
Tienen servicio a domicilio en la zona si llamas a los teléfonos 951 252 6947 y 951 645 1943.
Como toda cocina tradicional, te hacen sentir en casa, el ambiente es familiar y la atención muy cálida.
Con seguridad si has visitado Tlacolula y probado barbacoa, cuando llegues a La Casa del Xólotl, se volverá de tus favoritas. Un lugar que promete mucho, y por ahora, cumple todas las expectativas de los amantes del buen comer.