Todo lo que no conocías de José Alfredo Jiménez en Así fue mi padre

“He ganado más aplausos que dinero, el dinero pues no sé ni por dónde lo tiré, pero sus aplausos esos los traigo acá adentro, y ya no me los quita nadie, esos se van conmigo hasta la muerte”, dice José Alfredo Jiménez al despedirse de su público con la canción Gracias que interpretó en Siempre en Domingo.

Una de las canciones favoritas de José Alfredo Jiménez Medel. Evoca que a su padre lo trasladan al foro en Televisa Chapultepec para hacer el programa porque estaba delicado de salud. Al terminar se regresó, “Recuerdo que cuando mi padre canta esa canción, ver a la gente del foro, al público, ponerse de pie, aplaudirle, hubo gente con lágrimas en los ojos”, rememora.

Sólo después, supo que era la canción con la que se despedía. “Desde luego, en ese momento no comprendía, no dimensionaba la profundidad de sus palabras, de lo que él estaba cantando. Me sorprendía como siempre cuando lo veía en el teatro. Qué te puedo decir de mi padre. ¡Estaba orgulloso! No entendí en ese momento que él decía gracias porque ya me voy”.

José Alfredo Jiménez Medel presenta en Oaxaca, los días 20 y 21 de septiembre, en cuatro funciones “Así fue mi padre” en el teatro Macedonio Alcalá. Un espectáculo en el que se revelan pasajes importantes de la vida del gran cantautor mexicano.

Se trata del hijo menor del artista. Tenía 7 años cuando su padre murió. Una curiosidad auténtica lo lleva a descubrir quién era José Alfredo Jiménez, más allá de los escenarios, de la música, de las películas, “quería saber cómo había sido ese ser humano, el amigo, el padre, el hijo, el hermano”.

Se da a la tarea de entrevistar a sus hermanos mayores, a su madre, a sus familiares cercanos y a los amigos de su padre.

“No quise hacer un documental ni un libro, quise hacer un espectáculo. Un espectáculo donde ustedes se rían, se sorprendan, canten, se emocionen (…) Así fue mi padre no se trata de un homenaje ni un tributo”, nos dice al explicar que es un espectáculo para redescubrir cosas de José Alfredo Jiménez que no se conocían.

Se rebelan misterios, el porqué de algunas canciones, historias que no podrían disfrutarse sin la música de José Alfredo Jiménez.

Se trata de una obra cultural, histórica, teatral y musical que dejó José Alfredo Jiménez en la que participan 14 artistas en el escenario.

El elenco artístico es dirigido por Karla Rebbeca Jiménez, nieta de José Alfredo Jiménez. Participa José Alfredo Jiménez Medel, productor, narrador y conductor de esta obra; Luis Alfredo Jiménez, nieto del cantautor e intérprete de las canciones del compositor guanajuatense y Myrna Lozano, quien enriquece esta novela histórica.

Para darle majestuosidad a la puesta en escena, está el mariachi monumental de Mi Tierra, integrado por 11 elementos bajo la dirección de Carlos Fuentes Jr.

Como complemento se proyecta un espectacular audiovisual que narra en secuencia la vida del cantautor, con las vivencias de sus compañeros y amigos, Julio Iglesias, Armando Manzanero, Vicente Fernández, Juan Gabriel, Facundo Cabral, Alberto Cortés, Tania Libertad, entre otros.

Un espectáculo, que para su creador, conlleva una gran responsabilidad, preservar su obra y seguirla difundiendo, desmitificar muchas cosas que se han dicho del artista, y sobre todo, “que los josealfredistas de corazón, que lo siguen cantando, que lo siguen sintiendo y queriendo, merecen saber”. Todo el material que van a ver y escuchar, es inédito.

“Tengo varios recuerdos de mi padre. Lo recuerdo mucho más bien bromista, juguetón. Nunca se dio tiempo para regañarnos o para darnos un manazo, yo creo que esa actividad se las dejaba a las mamás y lo hacían muy bien, es la verdad”

Añoranzas del alma

“Recuerdo mucho un día que llegó a la casa muy emocionado con un disco y le dijo a mi mamá: ‘Gato, Gato, ven a ver quién me grabó’ -ellos se decían gato por los ojos claros- .

Mi mamá abrió esos tocadiscos antiguos que parecían como sarcófagos, levantó la tapa, puso el disco. “Empezamos a escuchar la introducción del rey y de repente la voz que salía es de (…) Topo Gigio. ‘Gato, me grabó Topo Gigio, Topo Gigio está cantando mi canción’, porque aparte era fan de Topo Gigio y no se lo perdía.

“A mí se me quedó grabado ese recuerdo porque parecía un niño, realmente parecía un niño, feliz de que Topo Gigio hubiera grabado su canción. Es así como yo recuerdo a mi padre, una persona muy juguetona, muy bromista, muy sonriente”.

Sobre la cocina, el productor rememora a su abuela, la mamá de Mary Medel. Una excelente cocinera. “Guisaba de todo, era difícil que en un mes repitiera una comida a menos que se la pidieran, ella lo que cocinaba era delicioso, le encantaba hacer albóndigas, chiles rellenos, verdolagas”.

Su papá era amante de la comida hogareña. Le pedía a su abuela: “Doña Lupe, ahí le encargo mi sopa de fideos. Ya sabe, ni muy aguada ni muy espesa. Mis chiles rellenos, que no estén ni muy grandes, ni muy chicos… y que no sean muy picosos”.

A José Alfredo Jiménez le gustaba mucho la comida de casa. El sazón de su suegra y también el de su mamá, Carmen Sandoval.

Era amante de las carnitas michoacanas, pero disfrutaba conocer los platillos de los pueblos, como en Puebla, que probó las cemitas o el mole poblano. La comida típica.

Amigo de Álvaro Carrillo, viajó muchas veces a Oaxaca y probó la comida oaxaqueña.

“A diferencia de lo que mucha gente cree, la bebida que a mi padre le gustaba era el whisky. El Old Parr, con Ginger ale, coca cola o agua mineral”.

A José Alfredo Jiménez Medel, aunque no es muy tomador, también le gusta el whisky. “Acá en Oaxaca no me pierdo de saborear un buen mezcal”.

Continúa su enseñanza

Cuando inició esta investigación hace más de 25 años sabía que podía encontrar cosas muy desagradables, “al final de cuentas José Alfredo Jiménez era un ser humano como cualquier otro”.

Confiesa que le sorprendió el cariño, la disponibilidad que la gente tiene de hablar de él, y en algunos casos, la necesidad de hablar, no sólo de José Alfredo, “de platicar conmigo, a muchos les hace clic cuando me ven, todo mundo me dice que tengo un gran parecido a mi padre, quizá porque estoy en la edad en la que el partió de este mundo”-

Incluso notó que en muchos personajes fue una especie de catarsis. Señala en especial cuando platicó con don Antonio Carvajal, el legendario portero de la selección mexicana, el cinco copas, conocido como la Tota Carvajal, “él me pone una mano en el hombro cuando lo conozco personalmente, se me queda viendo en silencio, se le rueda una lágrima y me dice: ‘Perdóname, es que estoy viendo a mi cuate Feyo”.

Admite que su padre le sigue abriendo puertas. Una presentación que sorprendió, fue la de Colombia, en el Royal Center. Un lleno absoluto. Incluso muchos se quedaron afuera, otros recargados en la pared del pasillo.

Jiménez Medel estaba sentado en la sala del escenario y sentía la emoción de los asistentes, cómo disfrutaban y se emocionaban. A gritos y a todo pulmón cantaban, una y otra vez, todas las canciones.

“A mí se me querían salir las lágrimas (…) alzaba la vista y decía: ‘qué grande eres papá y cuánto nos has dado, no solamente a nosotros como familia, como legado, sino lo que representas al mundo, a los que has acompañado”.

En este trabajo de investigación siente que no dejó nada, al contrario, recibió de su padre su filosofía, su enseñanza, la sencillez de las palabras con las que hilvanaba sus canciones, “la compleja sencillez con que José Alfredo Jiménez escribe”.

Agradece que a todos los que buscó, Armando Manzanero, César Costa, Antonio Muñiz, le invitaron a su casa enseguida.

Reconoce que la producción requiere de un esfuerzo y trabajo, sin embargo, se trata de un proyecto mágico.

Confiesa que hay dos canciones de su padre que son muy significativas para él. Una de ellas es Gracias. La otra canción que lo marcó es la que escribió para sus hijos, Arrullo de Dios, “una canción que describe lo que cualquiera que hemos tenido la dicha de experimentar la paternidad o maternidad, sentimos y queremos para nuestros hijos”.

Así fue mi padre, un espectáculo para recordar por siempre.

…para hacerlos vibrar

y llenar otra vez

sus almas de ilusiones

y poderles pagar

que me quieran a mí

y a todas mis canciones”.