Más que una muestra gastronómica, Santa Cruz Xoxocotlán compartió para el mundo parte de su legado cultural, tradiciones, mitos y costumbres que han logrado preservar a través de los tiempos.
Se trata de platillos que son preparados con auténtica reverencia, una forma de rendirle culto a sus antepasados, a los grandes personajes y a los momentos simbólicos en la vida.
Cada platillo, carga en sí, además de los ingredientes y preparación, una historia y un significado místico.
Se pudo degustar la segueza, un mole a base maíz con chile chilhuacle, ofrecido en las grandes festividades, como las bodas, cuya preparación luchan por conservar, los higaditos y las enchiladas, que son tradición en los bautizos.
El chichilo, es otro de los moles célebres en Oaxaca y que forma parte de las ofrendas el Día de Muertos, así como el pletatamal, que sólo lo preparan con ocasión de los Fieles Difuntos, también el pipián y guisado de frutas que se preparan en los fandangos y fiestas mayores.
La sopa de borracho, un postre tradicional de Xoxocotlán que sólo se degustaba en las mayordomías y que poco a poco se ha dejado de preparar, así como el majablanca, dulce que sólo podían saborear los mayordomos.
Estas ofrendas culinarias, cuya preparación se han transmitido de generación en generación, se pudieron apreciar en esta muestra, donde también se disfrutó del mole negro, coloradito, estofado, tacos enchilados, guisado de nopales y de quintoniles, chiles rellenos, dulce de calabaza y de garbanzo, nicuatole, chocolate atole, nieves, arroz con leche, garbanzos en dulce y dulce regionales.
Santa Cruz Xoxocotlán es un municipio que sigue luchando por conservar las costumbres y tradiciones que le dan identidad cultural y esta muestra gastronómica es un ejemplo de esta titánica labor.
