Un rincón que resuena con el sabor y la tradición de Oaxaca en Puerto Escondido es Antojitos Regionales Las Juquileñas. Este restaurante es una ventana al rico patrimonio cultural y gastronómico del estado.
Conversamos con Víctor Ricárdez, el chef detrás de este establecimiento familiar, quien nos compartió la historia y la pasión que se esconden tras cada platillo.
«Sabe a tradición oaxaqueña, desde la Cuenca del Papaloapam hasta la costa oaxaqueña, nuestro menú refleja la diversidad y la riqueza de nuestra gastronomía»
Asegura que el compromiso con la autenticidad se ha convertido en el sello distintivo del restaurante, reconocido por su dedicación a preservar las costumbres y tradiciones de Oaxaca.
Las Juquileñas es una empresa familiar que pone en cada plato el esfuerzo de generaciones. Aquí, los comensales pueden disfrutar de una experiencia culinaria completa, que incluye desde antojitos como sopes, empanadas y huaraches, hasta guisados del día que abarcan los siete moles tradicionales de Oaxaca.
«Nuestro caldo de piedra es una de nuestras especialidades,» destaca Víctor. «Es un platillo originario de la Cuenca del Papaloapam, y representa nuestra capacidad de traer los sabores más auténticos de todo el estado hasta la costa».
Desde el desayuno hasta la comida, cada platillo está preparado con ingredientes frescos y técnicas tradicionales. Los visitantes pueden deleitarse con una variedad de opciones, como entomatadas, enfrijoladas, tlayudas, y la espectacular parrillada especial que incluye una selección de carnes.
El menú de Antojitos Regionales Las Juquileñas es un recorrido culinario por los sabores de Oaxaca. Desde el desayuno, ofrecen delicias como entomatadas, enfrijoladas, enchiladas verdes o rojas, y salsas de huevo con chicharrón o queso. También puedes encontrar sopes y huaraches con ingredientes como tasajo, chorizo, quesillo y champiñones. Sus empanadas, tlayudas, y embaradas presentan una variedad de rellenos que incluyen tasajo, chicharrón, flor de calabaza y mole, proporcionando un festín para el paladar.
En los guisados se encuentran platillos como el mole juquileño, conejo asado, mole negro, y costilla de cerdo en salsa de chicatana. Su oferta de mariscos es igualmente impresionante, con opciones como caldo de camarón, coctel de camarón, y filete de pescado.
Entre sus especialidades destacan la parrillada especial y el molcajete con carnes, una combinación suculenta que incluye chorizo asado, tasajo, cecina, pechuga, y costilla frita. Para cerrar con broche de oro, los postres como choco flan y pay de queso con zarzamora son el final perfecto.
El restaurante también se distingue por su ambiente cálido y acogedor. Ubicado en calle Octava Norte Juárez, en el centro de Puerto Escondido, abre sus puertas de lunes a domingo, de 7:30 a 16:30 horas.
Los visitantes pueden relajarse con una taza de café de olla o un chocolate caliente, disfrutar de jugos frescos y aguas de frutas, o acompañar su comida con una cerveza fría.
Con una dedicación incansable a la preservación de las tradiciones, este restaurante es un destino imperdible para quienes buscan conectarse con la auténtica cultura oaxaqueña.
«Si visitas Puerto Escondido, también tienes que visitarnos,» nos invita Víctor. «Aquí podrás vivir una experiencia gastronómica única y disfrutar de nuestras tradiciones y costumbres.»
