♦ Daniela Chao | Leche con tuna
Un cachorro de ojos brillantes me clavó la mirada con la misma curiosidad con la que yo observaba el lugar. En el Perro Negro, la mezcla de familias, amigos y mascotas crea una sensación cálida. Se disfruta de buena comida y de una compañía genuina, de esas que hacen sentir que la vida puede ser un poco más simple y mucho más sabrosa.
El restaurante, aunque sencillo, tiene un toque que hace que las personas no sean las únicas que se sienten en casa. Nació de una idea muy clara de Marcelo Cruz López y su esposa Aidé: un lugar donde las personas pudieran disfrutar de buena comida, pero también donde sus perros pudieran ser parte de la experiencia.

“Sabemos lo difícil que es encontrar un lugar donde te dejen ir con tu perro, y decidimos crear un espacio para todos”.
El Perro Negro comenzó su aventura hace casi cuatro años, cuando Marcelo, con experiencia en otros restaurantes, decidió apostar por algo propio.
Un concepto en el que su pasión por la cocina se fusionaba con su amor por los animales. “Aquí todo tiene un toque personal. Cada receta es algo que refleja nuestra esencia y la de este lugar”.

Y vaya que lo logran. Las costillas en salsa de mango, las hamburguesas con costilla de cerdo bañadas en salsa BBQ, o los elotes tipo esquite, se ganaron el cariño de todos los que lo visitan.
Lograron un ambiente relajado, como si estuvieras en casa, donde el servicio es cálido, amigable y siempre genuino. Como cliente, lo sientes. El Perro Negro no tiene pretensiones, pero tiene mucho carácter, y eso es lo que lo hace especial.
“Queríamos que fuera un lugar sin estrés, donde todos pudieran sentirse cómodos, ya sea para disfrutar de una comida rápida o pasar horas charlando con amigos”.

El lugar está diseñado para todos: familias, amigos, amantes de las micheladas o aquellos que solo buscan un buen plato de comida.
Las hamburguesas de pollo crujiente, bañadas en salsa BBQ, el clásico toque de pepinillos y cebolla, servidas con pan recién horneado o las costillas con salsa de mango, BBQ o tamarindo, acompañadas de papas a la francesa y elotes tipo esquite.
Como buen restaurante familiar, también hay espacio para los más exigentes. La hamburguesa Big Burger con costilla de cerdo bañada en BBQ, y acompañada de una ensalada de col con zanahoria, es la elección ideal para aquellos con un hambre voraz.

Las bebidas están bien cuidadas, como las micheladas de la casa, perfectamente preparadas, y si prefieres algo diferente, sus cocteles como las mezcalinas o los azulitos son la opción perfecta para acompañar esas alitas en salsa que nunca dejarás de querer.
Si algo destaca en El Perro Negro, es la atención al cliente. El restaurante se ganó a sus comensales, por su calidez y el servicio amable. “Nuestros clientes vuelven por el servicio. Aquí siempre serán bien recibidos, como en casa”. Abren de martes a domingo de 13 a 22 horas.

Y por si no tienes tiempo para visitar el restaurante, el servicio a domicilio es otra gran ventaja. A través de Didi o con transferencias bancarias, El Perro Negro lleva la experiencia directamente a tu casa.
Si aún no conoces El Perro Negro, no dejes pasar la oportunidad de vivir esta experiencia. Ya sea que busques un plan familiar o una tarde con amigos, este restaurante está listo para recibirte. Ubicado detrás de Uniformes Keiry, a un costado del hotel Bugambilias en la colonia Bugambilias, tienen una terraza donde puedes relajarte mientras disfrutas de una comida deliciosa.
El Perro Negro es, en definitiva, un destino para disfrutar la vida, la buena comida y la compañía.