♦ Yolanda Peach | Leche con tuna
Un rincón envuelto por neblina y el aroma a café de olla, en las montañas del suroeste de Oaxaca, es el que alberga a La Morenita, un comedor que, por más de una década, es un refugio para los viajeros y pobladores de San José del Pacífico.
Este pequeño pueblo, conocido por sus paisajes impresionantes y su atmósfera de calma, parece congelado en el tiempo, aunque las rutas modernas desviaron los flujos de visitantes hacia destinos más rápidos.
Sentada en una de las mesas del comedor, rodeada por el crepitar de la leña y el olor inconfundible de tortillas hechas a mano, la señora Adela Piñacho, propietaria de La Morenita, nos cuenta sobre este proyecto.
“Hemos mantenido los mismos ingredientes desde hace 12 años. Todo lo cocinamos con amor, en leña, siempre fresco, del día”, dice mientras atiende con una sonrisa a los clientes que llegan al lugar. La pasión por su oficio se refleja en cada detalle: los frijoles de olla, el café orgánico comprado a productores locales, y el chocolate casero que perfuma el aire.
En La Morenita, el menú es un tributo a la cocina tradicional mexicana. Las costillas asadas y los chiles rellenos, servidos con papas doradas y tortillas recién hechas, son los platillos más pedidos en este lugar. “Mis clientes siempre se van satisfechos, contentos, porque aquí los atendemos con mucho cariño”, asegura.
Mientras habla, es fácil imaginar por qué tantos viajeros, año tras año, convirtieron este comedor en una parada obligada en su paso por las montañas.
Sin embargo, los tiempos cambian. La reciente construcción de la carretera Barranca Larga – Ventanilla, que reduce significativamente el tiempo de viaje hacia Puerto Escondido, provocó un cambio drástico en la dinámica de San José del Pacífico.
Donde antes cientos de autos se detenían para disfrutar del paisaje o una comida en La Morenita, ahora el flujo disminuye. Doña Adela mantiene su optimismo: “Es un lugar tranquilo, perfecto para quienes buscan algo diferente. Aquí puedes disfrutar el cafecito, cocina tradicional y una atención que no encuentras en ningún otro lado”.
San José del Pacífico continúa como un destino favorito para los amantes del ecoturismo. Con su aire puro, sus vistas espectaculares y la hospitalidad de lugares como La Morenita, este pueblo montañoso ofrece una experiencia que no se mide en tiempo de viaje, sino en los recuerdos que deja.
En su planta alta o baja, entre mesas de madera y paredes, La Morenita sigue siendo un rincón donde el tiempo se detiene y el sabor cobra vida. Quienes llegan a San José del Pacífico saben que, aunque la ruta sea distinta, este comedor sigue siendo el alma de un pueblo que no olvida sus raíces.