♦ Yolanda Peach | Leche con tuna
Una noche entrañable se vivió en el cuarto aniversario de Carnívoro, donde el arte culinario se fusionó con la camaradería en una celebración única.
Los asistentes disfrutaron una cena de seis tiempos y de un ambiente de calidez y fraternidad entre chefs y comensales. Cada plato presentado fue meticulosamente elaborado para ofrecer una experiencia gastronómica sin igual.
Los primeros sabores fueron cortesía de Armando Isidro, del restaurante Ahan, quien ofreció un ceviche de camarón. El aliño de melón y el aceite de habanero tatemado con supremas de mandarina y gajos de durazno criollo, cebolla morada, cilantro criollo y rábano, despertaron el apetito al crear la sensación de frescura y picante. El preludio perfecto con el maridaje de Baby Nelly, una mezcla de mezcal con shurb de hierbas, que reflejaba una narrativa de sabores.
La siguiente entrada estuvo a cargo del chef Miguel Mijangos de Ancestral. Preparó una tostada de pata y mariscos, uno de los favoritos de la noche por evocar la tradición oaxaqueña con la cocina de mar. La mezcla robusta de sabores fue realzada por un mezcal A Medios Chiles, un ensamble pulquero con espadín que brindó un maridaje que se sintió como un guiño.
El plato fuerte llegó con la fuerza y la majestuosidad de Casa Oaxaca. El chef Daniel Robles presentó una costilla de jabalí asado lentamente, bañada en una salsa BBQ de tamarindo y chiles oaxaqueños. Cada bocado de la carne, tierna y suculenta, estaba complementado por una ensalada encurtida de quelites y vegetales. El vino espumoso Parxet Curvee 21 sirvió como un compañero perfecto, con su burbujeante elegancia para realzar la experiencia.
El cuarto tiempo fue un momento culminante, un testimonio del arte culinario de Carnívoro. La chef Betsie Manzano presentó una picaña, exquisitamente sazonada en una cama de huitlacoche y espejo de manchamanteles que añadieron texturas y sabores complejos. El maridaje de Baby Nelly, con su creación llamada Abuela, una mezcla de vino tinto, chile huacle, chile pasilla mixe y limón, aportó una profundidad que hizo justicia al plato.
El final de la noche se presentó con dos postres que ofrecieron un contraste encantador. La chef Teutli Estradade Vianda, sorprendió con una tostada de maíz con chocolate, acompañada de una espuma de hongos silvestres confitados que desafió las expectativas. Baby Nelly contribuyó con un toque audaz, el Teurra, que combinaba cerveza artesanal Stout de Oaxaca, shrub de piña tatemada y mezcal.
El chef Eduardo Silva cerró con un tamalito de elote, galleta mexicana y peras en piloncillo y café, un postre, que confesó, aprendió a preparar de niño a lado de su abuela, la miel, dijo, es la polinizada en el café. El maridaje de Centeotl, preparado con mezcal Herencia Solteca, sirope de vainilla y jugo de cítricos, completó este festival de creatividad.
La tarjeta que acompañaba la cena resumía perfectamente la esencia del evento: “Mi cocina son los sabores de México con mucho corazón y con el propósito de poner la cocina de Oaxaca en alto”.
A medida que la noche llegaba a su fin, los ecos de risas y conversaciones animadas llenaban el aire. El cuarto aniversario de Carnívoro celebró, además de la comida y el arte culinario, la unión y la amistad entre todos los asistentes.
Al finalizar la velada, la chef Betsie Manzano compartió emocionada los próximos pasos para Carnívoro. Entre los planes se incluyen su participación en la lunada de A Medios Chiles y la celebración del Día de Muertos, eventos que prometen ser tan emocionantes como esta noche de aniversario.
Fue una noche en la que el tiempo se desdibujó, y cada momento se convirtió en un recuerdo imborrable, marcado por sabores excepcionales y la calidez de amigos que se reunieron para compartir una celebración verdaderamente especial.
