♦ Leche con tuna
Una tradición con una gran historia que sobrevive hasta nuestros días son los tamales el 2 de febrero. Una mezcla prehispánica con las creencias religiosas.
Los mexicas solían tener una gran fiesta en lo que se conmemoraba el nacimiento del Sol en lo que era el primer día del calendario azteca, justo a inicios de febrero. Honraban a Tláloc, Quetzalcóatl y Chalchiuhtlicue y ofrecían tamales.
Se ofrendaban tamales a los dioses sobre todo por ser elaborados con maíz, el material utilizado para crear al hombre, según el Popol Vuh.
Tamal viene del náhual “tamalli que significa envuelto, porque se envolvía en hojas vegetales, que pueden ser de milpa de maíz, hojas de plátano, carrizo, totomoxtle, platanillo o papatla.
Del lado católico tiene su origen en dos pasajes importantes de la biblia: La purificación de María y la presentación del Niño Jesús al templo. La Ley de Moisés ordenaba que toda mujer debía presentarse al templo 40 días después de dar a luz para purificarse.
Uno de los métodos de evangelización fue ocupar los ritos prehispánicos y adaptarlos al catolicismo, por eso es que el 2 de febrero se ofrecen tamales y no otro platillo.
El ritual inicia en Noche Buena, en la Misa de Gallo se lleva la imagen del Niño Jesús- Lo arrullan y llevan a acostar en el pesebre puesto en el Nacimiento.
La tradición dicta que, el Día de Reyes, 6 de enero, al partir la rosca, quien encuentre la figura del niño es el padrino. Un honor ya que le tocará resguardarlo en casa y eso les traerá bendiciones.
Los padrinos del niño visten primorosamente para llevarlo a presentar al templo el 2 de febrero, Día de la Candelaria. Ese día ofrecen tamales en agradecimiento por el padrinazgo y para compartir la alegría de que el Niño Jesús estará en su casa.
Cilíndrica, cuadrados, en bolita y triangulares, Oaxaca es uno de los estados donde más variedad hay de tamales, los más conocidos son de mole negro, amarillo, verde, frijol, chepil, rajas, salsa verde, elote, relleno o dulce relleno con pasas.
Quebrada, lisa, con granillo o nixtamalizada, la elaboración del tipo de masa depende de la región y la textura que se le quiera aportar al tamal. Se puede rellenar con carne de cerdo, de res, pescado, camarones o pollo, con quelites, hongos, quesillo, chapulines o queso.
Por lo pronto, nosotros saboreamos tamales de la cocina de humo de Levadura de Olla de mole amarillo con hongos, calabaza tamala con camarones, frijol con yerbasanta y frambruesa con queso, acompañado de un atole de maíz con guayaba.
Una dulce tradición para conmemorar esta fecha, que, pese a todo, ha sobrevivido hasta nuestros días.