Noble y de sonrisa franca, son dos características que identifican a Paúl González, chef de Doba Yej, un restaurante de comida contemporánea en San Felipe del Agua, Oaxaca.
Lo más importante para este joven es la familia, prioridad en su vida que es el motor para todo lo que realiza, incluido su proyecto profesional.
La familia, que es la base de la sociedad, es lo que le ha dado los pilares que identifican a Paúl: la empatía, humildad, compromiso, gratitud, optimismo y voluntad. Valores que transmite día a día.
“Para mí lo importante es mi familia, vengo de una familia muy arraigada a sus principios”.
Creció rodeado del calor de la cocina, donde veía a su mamá guisar e intentaba ayudar, “mi platillo favorito, uno que se llama caldo de pueblo, a base de un tomate criollo y se espesa con pan mollete”.
A los 8 años logró acceder a la cocina, empezó con sus primeros platillos para complacer a su familia, aprovechó “la necesidad de que mis papás tenían que trabajar, así que empecé a cocinarme”.
Esa primera experiencia le llamó la atención y sumado a la necesidad de allegarse de algunos recursos, es que empezó a desarrollar su talento, le pidió trabajo a un familiar que tenía un establecimiento de comida, ayudando en las labores de la cocina.
Esta experiencia reafirmó su sueño de convertirse en un profesional de la cocina y estudió la carrera.
“Trabajar en una cocina es una entrega total, por eso les aconsejo a los jóvenes que estudian la carrera que desarrollen su pasión al máximo (…) cuando tienes la pasión y te gusta lo que haces bien, igual que no esperen nada más conformarse con lo que reciben de los docentes o les dan en las universidades, sino que traten de tener un poco más de investigación”.
Sobre todo, les recomienda, hacer “un trabajo más local”, al rescatar la cocina tradicional oaxaqueña.
Ahora, en la flor de su juventud, Paúl se ha convertido en un chef profesional y con la ayuda de su esposa, puso su propio restaurante, Doba Yej, donde rinde homenaje a las comunidades oaxaqueñas, donde rescata recetas ancestrajes y tradicionales, dándoles un toque contemporáneo, su propio sello.
Confiesa que ella es parte importante en este proyecto, en el que también colabora, “ella cocina muy bien, me gustan mucho sus pasteles, a ella le gusta la repostería, hace un pastel de elote muy rico”.
El concepto de Doba Yej es cocina oaxaqueña y mexicana contemporánea, busco rescatar recetas muy tradicionales y darles un toque muy especial”
Orgulloso, ve realizado su sueño, “no es un sueño efímero, es algo que se realizó, es una realidad, tiene un buen cimiento y un buen futuro”.
Amante de su tierra, una de sus premisas es apoyar al productor “y a todas las personas que se esmeran en tener huertos en comunidades, por eso siempre tenemos productos frescos, del día”.
A su hijo, le inculca también los valores que aprendió de casa. Este pequeño asiste al restaurante donde observa, con sus ojos curiosos, todo lo que hacen sus papás y busca la forma de ayudarlos, “le encantan los camarones, es feliz si los come, le gustan en distintas modalidades o formas de prepararlo”.
Paúl prefiere la comida oaxaqueña, una de las más ricas en el mundo entero, “me gusta mucho el mole negro”, aunque confiesa que como buen mexicano, su afición son los tacos, “soy muy taquero, no me importa comer en cualquier establecimiento.
El joven chef admite que tiene que superarse día a día, “por las personas que están atrás de mí, mi equipo de cocina y sobre todo, mi familia”