La Fonda Florecita, ubicada en el interior del mercado de La Merced, se ha convertido en un clásico al hablar de la cultura culinaria oaxaqueña gracias a su sazón auténticamente regional.
La historia de este centro culinario típico de Oaxaca nace alrededor de 1963; en ese año, la señora Priscila Ruiz puso un pequeño puesto cerca de la explanada del templo de La Merced, en la esquina de Hidalgo y Manuel Doblado, sólo era una mesa, un anafre y un comal; preparaban empanadas y memelas, tanto las salsas como la pasta de frijol se preparaban en metate.
“Desde muy temprano me iba a ayudar a mi mamá, preparaba las memelas a mano y me iba para la escuela (…) llegaban del Ejército Mexicano, de la Comisión Federal de Electricidad, de Teléfonos de México y gasolineras se llegaron a preparar cientos de memelas”, recuerda Lucila Flor Ruiz, ahora al frente de la fonda Florecita.
En el año 1973 el mercado se instaló formalmente entre las calles Morelos y Murguía, en el centro de la capital y es conocido como La Merced, aunque su nombre oficial es Mercado Democracia.
Les tocó un local cerca de la zona del pan, ahí comenzaron a vender comida típica de Oaxaca, como enchiladas, entomatadas, enfrijoladas, salsa de queso, huevo, chicharrón, estofado, mole, empanadas y tlayudas con asiento, donde lo más importante es continuar con la tradición de la comida oaxaqueña.
Se le puso fonda Florecita en honor a Lucila Flor, la única hija de doña Priscila y quien es la heredera encargada de conservar este sabor auténticamente oaxaqueño.
“Con el tiempo fuimos adquiriendo otros locales, además del 37: los número 212, 213, 214, 217, 218, 219, 220, 221, 222, 223, 225, 226, 227 y 228, que se ocupan como mesas de comedor”.
Una de las características del comedor Florecita es que los insumos son criollos; adquieren de comunidades cercanas verduras, especias y carne, algunas otras en el propio mercado, “mis marchantes saben que soy exigente y sólo compro producto de calidad”.
El mole, así como sus demás platillos, son preparados con la receta original “no soy afecta a comprar pasta, sino se prepara acá con todos los ingredientes que debe llevar, como el mole, que debe ser con chile chilhuacle”.
Además, todo es fresco, pues diario preparan los platillos para no tener que refrigerar.
El sazón es, principalmente, lo que le ha dado fama a la Fonda Florecita, por lo que han venido de varias partes, no sólo de México, sino del mundo entero, a probar los platillos «han venido de Australia, Nueva Zelanda, Londrés, España, Francia, Colombia y del interior de la República Mexicana».
A pesar de que le han ofrecido abrir sucursales o que venda franquicias, no ha aceptado. “Si de por sí es mucho trabajo mantener este lugar con la calidad y sabor que se requiere, no podría hacerme cargo de más lugares, por eso siempre recalco que no tenemos sucursales”.
Una de las características de esta fonda es su “muro de los autógrafos”, donde grandes personalidades, artistas y visitantes han dejado su firma en una de las paredes.
Los primeros en firmar este muro fueron Óscar Cadena y Enrique Rocha, de ahí muchos personajes han dejado su sello, como Rockefeller, Bono, de la banda musical U2; el pintor Rodolfo Morales, Francisco Toledo, Antonio de Valdez, Armando Manzanero, Tania Libertad, Paty Chapoy, Susana Zavaleta y Teo González, además de políticos, embajadores, personajes locales y turistas.
“Muchas de las firmas se fueron borrando con el tiempo, ya que los comensales, al frotar con su espalda el muro al estar sentados, provocó esta pérdida, como la de Rockefeller, por eso protegimos la firma del pintor Rodolfo Morales, quien murió en el 2001”.
Una de las grandes satisfacciones en la Fonda Florecita, es que visitantes que han probado su sazón, vengan desde fuera para degustar sus alimentos, “apenas vinieron unos poblanos, que viajaron desde Puebla sólo para desayunar acá… me dijeron que no han probado una salsa de queso tan exquisita como la que preparamos”.
Sin lugar a duda, la fonda Florecita es un referente de la gastronomía oaxaqueña, así que si visitas Oaxaca es un lugar que no debes dejar de visitar y si eres de acá, es imperdonable que no hayas probado alguno de sus platillos.