Visitar el pasillo de humo del mercado 20 de Noviembre en el Centro Histórico se ha convertido en un punto obligado en la agenda gastronómica.
Así se le conocer al corredor por el que se ingresa al mercado en la calle Miguel Cabrera. Se trata de un mercado con historia fundado en 1882 con entradas por los cuatro costados de la cuadra.
Sólo de ingresar el aroma es irresistible. A los costados del pasillo están diferentes carnicerías que se alternan con anafres encendidos, al carbón, para asar directamente las carnes elegidas.
Los carniceros intentarán convencerte que su carne es la mejor, la más fresca. Tasajo de hebras, cecina enchilada y chorizo, lo que no falta, también puedes encontrar tripa o carne oreada.
Casi al final del pasillo venden chiles de agua, cebollitas asadas, pico de gallo ensalada de nopales, limones, guacamole, aguacate rebanado, salsas, tortillas a mano. Ellos son los que se encargarán de asar la carne que elijas y llevarte a una mesa.
Las carnes al carbón tienen un toque exquisito, ya que se conserva el sabor y lo realza. La carne queda jugosa y como no se usa grasa, es más saludable.
Antes era un rincón muy propio de los oaxaqueños. Familias acudían para asar sus carnes y convivir, o para aprovechar venir de plaza; ahora, cada vez los turistas nacionales y extranjeros quienes degustan de las carnes asadas.
También es común que de pueblos cercanos aprovechen la comodidad y precios accesibles para comer en este lugar, incluso las autoridades que tuvieron que venir a la capital oaxaqueña a realizar algún trámite; no falta quien no le da tiempo cocinar o trabaja cerca, para asar las carnes y comprar las guarniciones para llevar y comerlo en la comunidad de la casa u oficina.
Indudablemente, si vives en Oaxaca, es imperdonable que no conozcas este lugar ni hayas degustado de las carnes y si vienes de visita, es un rincón imperdible que decididamente tienes que conocer.