Si además de comer quieres vivir una experiencia culinaria inolvidable, Chilhuacle rojo es la opción ideal.
No es el típico restaurante; para empezar, no manejan carta, preparan de tres a cuatro opciones con los ingredientes que tengan ese día, todo del rancho o de lo que ofrecen las marchantas, más productos frescos de temporada. No tienen nada refrigerado, su intención es que te sientas como cuando llegas a la casa de un amigo.
Se ubica en García Vigil 304, en la Plaza Bugambilias, en el Centro Histórico de Oaxaca, México. Justo enfrente, hay un estacionamiento. Abren de las 9.30 a 11.30 para los desayunos, ya que después, dan clases de cocina y en la noche, sólo bajo reservación para atender a grupos e 10 a 20 personas.
Acerca del chilhuacle, se trata de un chile endémico de Oaxaca, con tres variedades, rojo, amarillo y negro.
No muchos campesinos lo producen, ya que no se han dado cuenta de la magnitud del producto.
Es un chile muy único, oaxaqueño. Actualmente sólo existen dos o tres productores, por lo que el precio es de 400 a mil pesos depende la temporada. Justo el chilhuacle es el que le da el sabor típico al mole oaxaqueño.
Su concepto es bistro más alta cocina pobre más cocina tradicional de Totolápam.
Uno de los logros del chef, es que conserva la pureza de los productos sacándole el máximo provecho preparando platillos realmente espectaculares.
Además, se pueden acomodar a todas tus preferencias, si quieres comida vegana, vegetaría o celiaca.
La máxima del chef es que cada platillo “nos nutra, no comer por comer”.
Es muy probable que al atenderte, te explique las propiedades de cada alimento.
Te aseguro que probarás cada alimento de una forma diferente, disfrutando cada bocado y paladeando sus sabores únicos. ¡Un verdadero arcoíris de sabor y color!
