Descubrir nuevos restaurantes que no han estado en el radar es una odisea interesante. Flor de Cempasúchil Bistró es para los amantes de la gastronomía en un lugar íntimo, cómodo y acogedor.
Se ubica a media cuadra de la Casa de la Cultura, en la calle González Ortega 306, en el centro de la ciudad. Es un lugar pequeño, bien planeado, con una decoración que inspira confianza y al mismo tiempo, es innovador.
En su menú podemos encontrar buenas opciones para el desayuno y comida, ofreciendo platos de cocina internacional, regional y con un toque bistro.
Desde pambazo, torta de chilaquil, frijoles carros, sopa azteca, sándwiches, grill burguer, pizza de sartén de pepperoni, hawaiana y camarón, alitas hot, a la bbq, búfalo y habanera, tacos, tlayudas de tasajo, cecina, chorizo y chapulines, cocinita pibil en tortas, tacos y tostadas, garnachas, molotes de platano, hasta cortes de arachera y rib eye.
Flor de Cempasúchil es un regreso a lo básico. Un homenaje a las bases de nuestra humanidad a través de la comida. Este lugar se asume como local y amante de lo local en un estado que tiene muchísimo que ofrecer para el viajero culinario. No es exactamente un lugar que tenga espacio, pero es acogedor. Habla de autenticidad y de cocina real.
Abren todos los días, de ocho de la mañana a ocho de la noche, con precios que van desde los 10 hasta los 130 pesos. Aceptan tarjeta de crédito.
Se trata de una empresa cien por ciento oaxaqueña. Inicia en familia e instalada en la casa familiar, donde padres e hijos se unen al proyecto. “Siempre nos ha gustado la comida y buscamos impulsar a jóvenes con carrera especializada, darles su primer empleo formal”.
El concepto es lo que encierra todo el menú. Una declaración de sustentabilidad, de contacto con productores locales, de regresar a la tierra lo que la tierra le ha dado a este lugar y, entonces, el mensaje de colectividad toma fuerza.
Flor de Cempasúchil Bistró es una odisea que nos recuerda que, por mucho, la sencillez de la cocina está en la grandilocuencia del producto y la calidad insuperable de lo que mandas a la mesa.
