Ejemplo de lucha constante en una pelea diaria por sobrevivir y ayudar al prójimo, es la chef Irene Cruz Macías, a cargo del restaurante Flor de Cempasúchil, en el centro de la ciudad.
Concluyó una primera carrera como ingeniero industrial y sus primeros años como profesional fue en un penal federal, donde enfermó y tras una delicada operación quirúrgica, tuvo que dejar esa labor.
Decide estudiar gastronomía en Oaxaca y junto con su familia, emprender una empresa en el ramo, cuyo principal fin es apoyar a los jóvenes con carrera especializada.
“El acercamiento de mi padre con adolescentes lo hizo saber que muchos no quieren seguir estudiando ante la difícil situación del país y sobre todo, porque Oaxaca está especialmente afectada por la problemática social del día a día”.
Deciden ser los que les den su primera oportunidad, un empleo bien renumerado con las prestaciones de ley.
Nace Flor de Cempasúchil, primero en el Mercado Gourmet Alhóndiga Reforma y después en la calle González Ortega 306, Centro, donde está actualmente.
“Creemos en la localidad, en los empresarios oaxaqueños y en que los jóvenes emprendedores deben de creer, por eso les damos impulso”.
La joven, casada, de 33 años de edad, no ha dejado de prepararse y continúa sus estudios para especializarse en la materia.
“Soy una persona que ha luchado. Inicio el día en la madrugada y trabajo muy duro. Pienso en toda la gente que depende de mi trabajo y que debo ser quien dé el ejemplo”.
Irene ha demostrado, que con tesón y preparación se pueden consolidar los objetivos. “Sólo les digo a los jóvenes emprendedores que luchen y no se caigan y que si se caen, se levanten”.