♦ Yolanda Peach | Leche con tuna
Valeria Sumano vivió una experiencia que muchos sólo podrían soñar: aprender a preparar tamales de la mano de una de las máximas representantes de la cocina tradicional oaxaqueña, la maestra Celia Florián.
El escenario fue el restaurante Las Quince Letras, un espacio que desde hace décadas es altar de la cocina oaxaqueña. entre hojas de maíz, masa y saberes transmitidos, se tejió este pequeño taller.
“El chepil es de mis cosas favoritas de Oaxaca”, confesó Valeria al comenzar la jornada. Este ingrediente, profundamente arraigado en la identidad culinaria del estado, fue parte del protagonista del día: tamales de chapulines con chepil.
La preparación comenzó con lo más esencial: limpiar las hojas, trabajar la masa “con poca manteca” y aprender los secretos que no vienen en ningún recetario.
“Así es en la cocina tradicional”, dijo la maestra Celia, mientras sus manos ágiles daban forma a la mezcla, al tiempo que explicaba la importancia de incorporar el agua poco a poco para evitar grumos, airear la masa y lograr esa textura porosa que hace del tamal un bocado suave.
Lo que se compartió también fue una filosofía. Para Celia Florián, cocinar es un acto de amor, una manera de cuidar a los suyos. “Para que el tamal no te quede apretado, no te quede duro y salga suavecito…”
“Ay, es hasta relajante”, respondió Valeria mientras moldeaba cada pieza.
La experiencia también fue visual. Al final, Valeria decoró los tamales con quelites y microbrotes, colocándolos con pinzas como si de una obra de arte se tratara.
“Me siento muy artística”, dijo entre risas, al reflejar cómo la cocina tradicional puede dialogar con lo contemporáneo sin perder su esencia.
El resultado: un tamal de chepil con chapulines, acompañado de una salsa de chicatana. Un platillo que equilibra sabores y texturas, así como reivindica los ingredientes endémicos de Oaxaca y fortalece las cadenas de consumo local.
De la hoja al plato, Valeria observó cómo se hacen los tamales: los hizo, los probó y los disfrutó.
