♦ Yolanda Peach | Leche con tuna
En un país donde la incertidumbre y la desigualdad son parte del día a día, en el que abrirse camino implica remar contra la corriente, hay trayectorias que logran imponerse con autenticidad y profundidad. La chef oaxaqueña Thalía Barrios García, originaria de San Mateo Yucutindoo, acaba de ser incluida en la lista de las 100 Mujeres más Poderosas de México 2025, publicada por Forbes, y el mundo entero se detuvo, aunque sea por un instante, a mirar hacia Oaxaca.
La lista de Forbes lejos de ser un simple compendio de nombres destacados, es una declaración de quiénes cambian las reglas, transforman industrias y abren caminos donde antes no había.
Y entre empresarias, científicas, activistas, artistas y líderes de opinión, aparece ella: una mujer que desde los 7 años entendió que cocinar era también una forma de resistir, de cuidar y de honrar lo que somos.
Su restaurante, Levadura de Olla, además de conquistar paladares exigentes, rompió moldes. En 2024, fue reconocido con una Estrella Michelin —la primera otorgada a un restaurante en México— y también con el Premio a Chef Joven Michelin, distinción que subraya el talento emergente con visión propia.
Más allá de los galardones, Thalía eleva la cocina tradicional oaxaqueña a las grandes mesas del mundo, sin disfrazarla ni reinventarla: con humo, maíz, barro y corazón.
Estar en la lista de Forbes más que fama o poder, representa una victoria colectiva: la de las mujeres que han cocinado por generaciones sin que se les reconozca como chefs; la de las comunidades que siembran y cuidan los ingredientes que dan vida a sus platillos; la de las infancias que aprenden en la cocina los secretos que no se enseñan en ninguna escuela.
En un país donde tantas mujeres luchan por ser vistas, escuchadas y respetadas, Thalía lo logró sin renunciar a su esencia. No se volvió poderosa por alejarse de sus raíces, sino por abrazarlas con más fuerza.
Aunque su nombre aparece junto a figuras consagradas del mundo empresarial o del espectáculo, su mayor poder sigue siendo ese: el de transformar lo cotidiano en extraordinario.
Como cuando abrió su primera panadería a los 12 años, o cuando cocinaba con su abuela para los arrieros del pueblo, o cuando se atrevió a inaugurar Levadura de Olla en medio de una pandemia. Apostó todo a su intuición, a su sazón y a sus recuerdos.
Más allá de un triunfo personal, la inclusión de Thalía Barrios en esta lista histórica es un mensaje para el país entero: que el talento puede nacer en una cocina de humo, que el liderazgo también se cocina a fuego lento, y que el futuro de México también huele a mole, a hoja santa, a pan recién horneado.
Hay mujeres que pisan fuerte en el mundo empresarial, en la ciencia o la política… y hay otras, como Thalía, que lo hacen desde la cocina, con las manos en la tierra, el humo en el aire y la convicción intacta. No necesitan más poder: ya lo tienen.