Todos los martes de Cuaresma son de fiesta en Santa Cruz Xoxocotlán. Una fiesta religiosa que se enraizó para volverse parte de la identidad de esta población que está a escasos 5 kilómetros de la capital oaxaqueña.
Su historia data de la época de la Colonia. Un fraile, Domingo de Santa María, se empeñó en que se construyera un templo católico.
Los oriundos del pueblo fueron los encargados. Una tarea que se llevaba a cabo en largas jornadas laborales.
Al caer la noche, las mujeres, iban a buscar a los trabajadores para llevarles de comer. El menú: tamales y atole.
Se alumbraban con mecheros de hojalata durante el largo trayecto. A lo lejos, se observaban las luces caminar con dirección al templo. Comenzó así el apodo de las brujitas.
El día que finalmente terminó la construcción del templo. El festejo duró todo el día. Santos y vírgenes fueron paseados en la comunidad. Al anochecer, las mujeres ofrecieron tamales y atole, como lo hicieron cada día.
Al año siguiente, en Cuaresma, se repitió la fiesta. El párroco lo instauró los martes y así, la costumbre se hizo tradición.
Los pobladores se reunían bajo los árboles para disfrutar de los tamales. Participaba una banda de música y niños.
Con los años la tradición se reforzó. Se instalan en la plaza principal puestos con tamales de frijol y chichilo, frijolón, mole negro, verde y amarillo, rajas, elote y flor de calabaza. Atole de panela, blanco y champurrado.
Se ilumina con las brujitas alimentadas de petróleo. Al iniciar la fiesta, se toca un caracol desde lo alto del campanario.
La autoridad municipal, desde hace algunas décadas, se encarga de darle más realce a la festividad. Anuncian la fiesta en los pueblos vecinos y traen artistas de talla internacional. La entrada es gratuita. Algunos alcanzan a sentarse en la explanada principal y otros en los alrededores, mientras disfrutan de los tamales calientitos con atole.
En los últimos años, en las calles aledañas se pone una feria con juegos mecánicos, antojitos y un sinfín de ofertas para comer en familia. Una fiesta que reactiva la economía y que ahora forma parte de la identidad de Santa Cruz Xoxocotlán.
