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Resurge Oscuro Brebaje, un retorno a los años maravillosos

Conocimos Oscuro Brebaje hace poco más de un año, cerca del zócalo de la ciudad. Un concepto fresco y novedoso, en esa ocasión probamos bebidas realmente gratificantes; por alguna u otra razón, no habíamos podido acudir, así que cuando cerró, nos dejó ese dejo de abandono, ya que se trataba de una propuesta culinaria realmente interesante.

Hace poco nos enteramos que nuevamente abrió sus puertas, pero ahora en  Manuel Doblado 1003, en el centro de la ciudad. Como siempre, no perdió ese dejo de romanticismo e historia que los caracteriza, ahora «remasterizado».

Entrar a Oscuro brebaje es como introducirse en la máquina del tempo. Es una cafetería auténtica, de esas que casi se extinguen, una pequeña cápsula del pasado donde uno entra y siente que nada ha cambado, ni la sazón, ni la atmósfera.

Al vivir cotidianamente en un mundo tan agitado, es agradable encontrar espacios de paz. Oscuro Brebaje es ese sitio donde uno puede sentarse a comer y disfrutar de un ambiente tranquilo. No es un lugar que finja ser retro, realmente lo es.

Es ese lugar donde puedes pasarte toda la tarde, leer mientras disfrutas alguna bebida o postre, platicar con los amigos o profesar tu amor con ese alguien especial.

La comida tiene esa calidez de antaño. Aunque su especialidad es el café, que puede ser de olla, americano, expresso o de moka, tienen otras bebidas espectaculares.

El té lo hacen de forma natural, ya sea de manzana, Jamaica o menta; puedes pedir un frappe, de oreo, nutella o natural.

Las que causan sensación, la mentada, con limón y meta; la pepinada, con pepino, perejil y limón; la piñanja, con piña, naranja y jengibe, llelou, con naranja, mango y piña; lalokita, con yogurt, plátano y enta o la osea-no, con naranja y fresa. Cualquiera que pidas la disfrutarás sorbo a sorbo.

Puedes pedir molletes o las ciabattas, que son muy buenas, como la oaxaqueña, con quesillo, chicharrón, chapulines, salchicha oaxaqueña y guacamole; la tres quesos, con gouda, manchego y mozzarella; una de choriqueso con pan de ajo o la de pavo y quesillo de chilaquil.

Y de los postres, ni se diga, su panadería es artesanal, muy caseros, como antes. Tienen en general un menú variado y sustancioso. ¡Tienes que conocerlo!

Vale la pena escaparse y sumergirse en el mundo de Oscuro Brebaje para contagiarse de esa magia única.

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