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Conocimos Qué parió

Era un domingo, de esos domingos en los cuales  despiertas abrumado por el  sábado.
Entretenido con labores domésticas propias del fin de semana el tiempo pasó y el desayuno se marchó de toda posibilidad, pues llegó el mediodía y de pronto se volvieron las dos, las tres, las cuatro. Cuando me di cuenta ya era muy tarde y no había comido nada.
Ya de malas por la situación me puse exquisito, no quería comer cualquier cosa, y mucho menos en cualquier lugar. Nada se me antojaba, mi hambre pasó de ser esa gazuza voraz a un apetito selectivo y reducido, como cuando comienza  a cerrarse el estómago.
Pensé en todos los lugares que conozco y nada se me antojaba. buscaba algo diferente.

Tomé un camino por el cuál no suelo moverme mucho y poco  poco fui avanzando hacia el lado opuesto de mi ruta cotidiana.
Fui encontrando algunas opciones, buscando información de lugares, confirmando si abren los domingos, hurgando en sus redes sociales, leyendo comentarios.

Mediante este método poco ortodoxo  di con «Qué parió – comida mar y tierra»
¿Qué me llamó la atención? Creo que primero fue el nombre, después el concepto mar y tierra, ya que en Oaxaca no hay muchos lugares así. Obvio que revisé su Facebook y algunas de sus publicaciones me hicieron ver que tenían comidas distintas a las habituales.

Me puse en contacto para asegurarme que estuviera abierto, ya me ha pasado antes que por internet hay restaurantes que tienen un horario que no respetan y luego solo se pierde tiempo.

Una vez asegurado que podría comer ahí me dirigí al restaurante, está fácil su ubicación, sobre Carretera Internacional (la que va a Pueblo Nuevo, Etla) a la altura de Brenamiel aproximadamente, precisamente sobre el lado que va a Etla.

El lugar está bien, tiene lo necesario: sitio para estacionarse, terraza, buen aspecto, relativamente amplio y buenas instalaciones.

Fui preparado con mi cámara por cualquier eventualidad de que algo me encantara.

Me pasaron la carta, la verdad no tuve tanto tiempo para analizarla ampliamente ya que mi vista se enfocó en tres platillos, pero en está ocasión les detallaré sobre dos en particular

  1. Sopa Clam Clowder
    Los chowders son un tipo de sopas habitualmente de pescado y marisco, casi siempre ligadas con leche/nata y espesadas con harina típicas de la costa de Nueva Inglaterra. Parece ser que su origen estaría en los pescadores franceses que en el siglo XVIII faenaban en las costas de Terranova y que atracaban ocasionalmente en los puertos de Providence, Nantucket o Boston.  Hoy en día, cada región goza de su “clam chowder” peculiar. En Rhode Island la sopa prescinde de los lácteos e incorpora el caldo de pescado. En Nueva York, por influencia de los italianos, se agrega jitomate para darle color. En Carolina del Norte le ponen rodajas de zanahoria.

En Qué parió su  clam clowder es una versión con almejas, verduras, la salsa blanca (sin tomate) muy rica y suave con un sabor ligero y delicado. No sé si en Oaxaca otro restaurante tenga una sopa así.

 

2. Taco gobernador

El origen de este platillo viene de un restaurante de Mazatlán, Sinaloa llamado Los Arcos.

En una gira que realizaría el gobernador del estado de Sinaloa Francisco Labastida Ochoa, a Mazatlán, reservó una mesa en dicho restaurante. Al enterarse de esto, el dueño Eduardo Armando Angulo Salomón, encomendó al chef el invento para la visita. Fue un éxito.

Es un taco con camarones, cebolla, ajo, queso, pimientos y demás. Actualmente varía mucho dependiendo donde lo pruebes

El taco gobernador en Qué parió cumplió todas mis expectativas. Rico, abundante, colorido  y acompañado con un aderezo de miel y mostaza muy sofisticado. Una porción ideal y deliciosa.

El tercero fueron unos camarones al coco, los cuales los vamos a incluir en nuestra sugerencias del día.

Sin embargo, en la carta tienen cortes de carne, tacos de camarón, de cochinita, pastas, comida japonesa, comida mexicana, pizzetas, platillos ligeros, sopas, cremas, mariscos estilo Sinaloa y norteños, ¡Vaya! una gran variedad de cosas distintas.

La diversidad de su carta es sorprendente.

Tuve la oportunidad  de pasar a la cocina para tomar algunas fotos y video.

Conocí al chef del restaurante el señor Amadeo Puntunet Bates una persona muy amable y abierta, que se mostró muy accesible para que pudiera conocer su cocina, su trabajo y el concepto que trae.

Su cocina, sin duda alguna, es una comida fusion en donde mezcla sabores utilizando productos oaxaqueños en conjunto con productos del resto del país combinándolo con comida internacional.

El chef me dijo que su intención es que la gente oaxaqueña se anime a probar nuevos sabores y tendencias con productos conocidos mediante a la cocina fusión.

Lo cual es lo interesante del lugar, los oaxaqueños no somos comensales fáciles de ganar. Somos bien conocidos por ser tradicionales y defensores de nuestra gastronomía tradicional.
Lo interesante es que cada día llegan a la ciudad chefs como Amadeo y chefs oaxaqueños con nuevas ideas, nuevas propuestas, chefs que viajaron, chef que investigaron y estudiaron.

Nuestra gastronomía está sufriendo un cambio, están aterrizando en Oaxaca nuevas ideas, técnicas de diferentes países. Y nuestro estado se presta. Se presta porque la tierra es generosa y tenemos productos a morir.

Quizá ahora no nos demos cuenta porque es díficil analizar lo que acontece en el presente, pero nuestra gastronomía está evolucionando.

Estoy seguro que en unos 30-50 años tendremos nuevos platillos, recetas muy sofisticadas, nuestros platillos tradicionales serán los mas complejos del mundo fusionados con estas nuevas técnicas que anteriormente nuestras cocineras tradicionales no utilizaban.

Oaxaca es una mina de oro en cuestión gastronómica y lugares como Qué parió aportan sutilmente su granito de arena para que todo evolucione lentamente.

Me agradó conocer este nuevo lugar, esta buena propuesta, estos nuevos platillos en la ciudad, este ambiente culinario que no se vive en cualquier ciudad del mundo.

Somos afortunados de la diversidad que existe en nuestra ciudad, en nuestro estado y eso me hace pensar en la gente que todos los días come tacos o que todos los días hacen colas absurdas esperando una pizza de asquerosa calidad industrial en esas absurdas compañías de comida rápida. ¿Qué les pasa?

En este estado tenemos tantas cocineras, tantos chefs, tantas fonditas, tantos restaurantes y cafeterías, tantos productos de buena calidad, tanto corazón en la gente que brinda el servicio de la comida, tantas conceptos y propuestas… En fin, esto  no me hace más que invitarlos a ustedes, queridos lectores a descubrir esta belleza cultural de la que somos parte.

Ya sea solos o en compañía de páginas como nosotros LECHE CON TUNA, invito a que disfrutemos, investiguemos, conozcamos y  le demos una oportunidad a espacios como éste.

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