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Tlayudas Doña Luchita

Realmente hacen honor a su slogan “simplemente deliciosas”. Conservan el sazón de doña Luchita, fundadora desde hace 19 años, que le da ese sabor único. No en balde, quien las prueba regresa una y otra vez.

A las ocho de la noche, en la calle Manuel Ávila Camacho 208, entre las calles Colón y Guerrero en el centro de la ciudad de Oaxaca, se instala el puesto y en cuestión de minutos, comienzan a llegar amantes de la tlayuda para pedir la suya. Los puedes encontrar hasta las dos de la mañana, de lunes a sábado.

Ofrecen tlayudas, tostadas tortas y lo último: las mini tlayudas.

Una verdadera explosión de sabores. Tienen tlayudas de tasajo, cecina enchilada, chorizo en bola, tripa, urbe y patita.

Las combinadas están bautizadas. La Martiniana es de tres carnes: tasajo, cecina, chorizo y dos chiles de agua. La Trenzuda tiene tasajo y tripa picado, acompañada por un chile de agua. La Carlota es incomparable, incluye tripa, urbe picada, dos chiles de agua y dos chuletas marinadas.

La Oaxaqueña es una tlayuda abierta con todo, aciento, quesillo, frijol, guacamole, chapulines, chorizo en bola, cebollas, tasajo y chiles.

La Costeñota tiene bazo de res, queso de prensa y chuleta marinada de res.

La Chona es una combinación de tripa, chuleta de res y chorizo, con salsa de tomate.

De tomar ofrecen aguas de sabores, como guayaba, jamaica y piña colada.

Gildardo Florián, al frente de Tlayudas Doña Luchita, confiesa orgulloso que tiene clientes que van de tres a cuatro veces a la semana. “Es una clientela fiel y se han enterado de voz a voz (…) ven y comprueba por qué”, nos invita.

Considera que otro de los secretos para volverse de los preferidos es la rica variedad de carne. “Compramos carne de animal criollo de San Antonino”.

En tanto, a la orilla de la banqueta comienza a formarse una fila con sillas, donde se acomodan los que van llegando y hacen su pedido. Ya se saben los nombres, “me da una Carlota por favor”, mientras otro pide que a su tlayuda no le pongan salsa.

Don Gildardo, siempre con una sonrisa a flor de piel, prepara las tlayudas. Tiene una memoria prodigiosa, recuerda a cada cliente, cuándo fue la última vez que visitó el lugar y qué pidió en esa ocasión.

Doña Luchita, aunque no está al frente, está presente con el sabor y la calidad, lo que ha logrado que se mantengan dentro de las preferidas.

¡Date una vuelta y disfruta su sabor auténticamente oaxaqueño!

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