https://www.youtube.com/watch?v=4fpvfxz8WCY
Lo recuerdo todo muy bien, tenia unos 7 años y mi abuela me llevaba a varias de esas reuniones de señoras grandes donde hablan de un montón de cosas irrelevantes, ¿Lo mejor? lo mejor de acompañarla era que casi siempre íbamos a buenos restaurantes y podía elegir lo que yo quería; en esa ocasión fuimos al portal de Alcalá, al ser un niño es difícil salir del club sándwich. ¿Que niño se resiste a ese emparedado con jamón y queso acompañado de las crujientes papas a la francesa? , es difícil, pero aquel día leí algo raro para mí «sopa azteca» en mi mente infantil se me vinieron a cuadro un buen de imágenes graciosas de los aztecas comiendo sopa, así que la curiosidad me hizo pedir eso, mi abuela me vio extraño pero me dio el «ok».
¡Me encantó! Crujientes tiritas de tortilla fritas, queso, aguacate, chicharrón… pff, pensé: «Estos aztecas sí saben de comida»
Desde entonces disfruto mucho de comer este delicioso platillo y cada que me encuentro con alguna carta que lo tenga, no lo pienso más y lo pruebo.
En mi ultima visita a Tomate Chocolate la vi, era raro, eran las 12 del mediodía y no había desayunado, pero no me importó. La pedí.
Como siempre. la disfruté hasta la ultima cucharada. Me encantó, me trajo recuerdos y viajé en el tiempo, la comida hace eso, son las sustancias químicas que nos hacen recordar experiencias y momentos. Esa es la magia del comer
Por eso mismo la recomiendo, y hago la reflexión de que piensen en algún momento en el que la comida los ha transportado al pasado con un personaje importante en nuestra vida y con momentos banales que con el tiempo dejan su huella.
